domingo, febrero 25, 2007

La corrupción del poder y el poder de la corrupción

Chantajes, acosos sexuales, violencia, mentiras, violaciones, malversaciones de fondos, favores políticos, ventas fraudulentas. Estos son solo algunos de los ejemplos que nos dan los políticos israelíes en los últimos años. ¿Donde quedaron la ética y la moral?, ¿Están nuestros políticos en el gobierno para hacer un bien a la sociedad o solo para demostrarnos cuan corrupto es el Estado Judío en nuestros días? Lamentablemente cada vez son menos los gobernantes que se encuentran “limpios” de sospechas. La corrupción se encuentra ya afianzada en casi todas las esferas del poder israelí: Presidente, Primer Ministro, Ministros, Parlamentarios, embajadores, Alcaldes, policías y simples empleados públicos. Casi todos los partidos políticos ya tienen su oveja negra y algunos más bien sus rebaños. El sistema político y público israelí lamentablemente se asimila cada vez más a aquellos tan criticados del tercer mundo.

Podemos definir la corrupción política como el uso o desuso del poder público o gubernamental para promover ilegítimamente beneficios privados. Un gran sector de los dirigentes israelíes se ha desarrollado durante los últimos siendo años sistemáticamente corruptos. Los escándalos, la histeria, injusticia, cinismo y superficialidad se han convertido en el moto de vida de muchos de nuestros políticos quienes han sido electos para cuidar los intereses públicos.

Una investigación del “Movimiento para un Gobierno de Calidad” llevada a cabo en Octubre del año pasado refleja que mas de un 15 % de los 120 miembros de la Knesset se encuentran investigados por acusaciones de corrupción. Desde esa fecha la cantidad de miembros ha ido creciendo casi semanalmente. Ehud Olmert, Tzaji Hanegi, Moshe Katzav, Omri Sharón, Haim Ramón y el nuevo miembro del club Abraham Hirchson son solo los más destacados nombres de la larga lista de políticos corruptos que están decidiendo diariamente, y no de una forma muy exitosa, el futuro del Estado de Israel.


Corrupción y el sector privado

El sistema político israelí está actualmente caracterizado por una corrupción sistemática e institucionalizada. Largas sumas de dinero son transferidas, abiertamente y en secreto, entre los partidos para formar y mantener coaliciones políticas, parte de estas sumas van a los partidos religiosos, parte simplemente a los bolsillos de los funcionarios. Grandes montos de dinero son destinados a diferentes asuntos de alto interés partidario mientras que el país tiene más pobres, desocupados y los inválidos y enfermos crónicos no pueden pagar sus medicamentos. Las últimas campañas electorales han estado todas opacadas por corrupción. Candidatos que reciben sumas de grupos nacionales y extranjeros a fin de obtener algo a cambio. Los impuestos no son los mismos para todos; aquellos ciudadanos que pagan sus impuestos deben cargar con el gran sector llamado “Haredim” (judíos ortodoxos) que en su gran mayoría no trabajan, no sirven en el ejercito ni pagan al estado lo que deberían, ¿no es esto una forma de corrupción institucionalizada acaso?

Estos factores llevan a que la diferencia entre los ricos y pobres en Israel sea enorme comparándola con la existente en países occidentales, lo que lamentablemente ubicaría Israel entre los países del tercer mundo


Los Peligros de la Corrupción

La corrupción es una de las situaciones más peligrosas para todo sistema democrático ya que se infiltra en la política y la economía del país. Los resultados a largo plazo son prolongados y drásticos: menos inversiones extranjeras, menor productividad, baja del PBI, inestabilidad política y división social. La corrupción está caracterizada por el síndrome del “huevo y la gallina”: la inestabilidad política genera deterioro económico y este deterioro trae consigo mayor inestabilidad política generando un círculo vicioso, por lo tanto a fin de resolver definitivamente el problema de la corrupción se deben controlar tanto las estructuras políticas como las económicas.

La corrupción es así mismo compleja dado que muchas veces es difícil determinar cual de los dos factores, el político o el económico, es la raíz de la misma. Cada país tiene sus propias características y no existen recetas universales para luchar contra la corrupción. En el caso de Israel la paradoja entre política y dinero es muy interesante. El país ha sido capaz de mantener la economía estable durante los últimos 4 años mientras que la popularidad de los gobiernos baja día a día. Durante las dos últimas décadas Israel ha crecido a un punto en el cual la economía del país puede subsistir a pesar de tener un sistema político completamente inefectivo. El sector privado continúa obteniendo logros económicos mientras el sector público se hunde en un mar de incompetencia generalizada.

Esta paradoja no puede ser eterna, en algún momento los fracasos políticos opacarán los logros económicos. Si el sistema político y el sector público continúan debilitándose esto ejercerá una influencia negativa en el sector privado. En resumen es necesario luchar contra la corrupción lo antes posible ya que cuanto más se espera el daño será mayor.


Datos preocupantes

De acuerdo al informe de Transparency International Israel ha descendido desde el año 2001 del lugar 16 al lugar 34 en la lista de países menos corruptos. En gran parte los escándalos han llevado a que en las últimas elecciones solo el 63% de la población eligiera a sus líderes, una cifra preocupante para un país como Israel, 66% de la misma cree que el gobierno actual no hace lo suficiente para combatir la corrupción, 16% creen que el gobierno la promueve y 86% cree que la corrupción ejerce una gran influencia sobre la política israelí. ¿Puede un país que aún no ha resuelto problemas existenciales darse el lujo de que sus corruptos líderes decidan el futuro del mismo?

Las encuestas demuestran que el gobierno actual es el menos popular en la historia del joven país. La sociedad no confía en sus líderes. Israel es un país en el cual históricamente cada hombre, cada mujer e incluso cada niño han tenido una amplia conciencia política, en los últimos años vemos a muchos ciudadanos distanciados y desinteresados en la realidad política, esta falta de interés da carte blanche a la corrupción.


Debemos tener en cuenta que a pesar de todo la democracia israelí es un fenómeno único y muy interesante, la mayoría de los ciudadanos de este país provienen de tierras donde el concepto de democracia era prácticamente desconocido: la Rusia zarista y luego comunista, la Polonia de Pilsudsky y sus herederos, los gobiernos árabes e islámicos en Maruecos, Irak, Irán Siria, Egipto y aquellos que nacieron bajo el Comisionado británico en Palestina. El establecimiento de un sistema democrático en Israel es un gran logro que debemos adjudicar a los primeros líderes Israelíes, aquellos líderes que no compraban propiedades gracias a favores políticos, que no robaban de las arcas del estado, que no acosaban sexualmente a sus secretarias, que no se peleaban en discotecas, que no vendían sus acciones en épocas de guerra y que no mentían descaradamente en la televisión. Llegó el momento de que la ciudadanía se de cuenta de que el poder está en manos del pueblo, ese es el secreto y el valor de toda democracia, llego el momento en el cual el pueblo debe exigir respuestas a sus líderes, exigir renuncias y encarcelamientos, exigir que los políticos sean el ejemplo de la sociedad y no la vergüenza de la misma. Llego el momento de devolverle esta perdida vergüenza a los dirigentes israelíes, llego el momento de que tomen responsabilidad por sus actos y vayan a la cárcel. Los ciudadanos del Estado de Israel deben ser quienes exijan que la limpieza de pesaj de este año comience por la Knesset.