miércoles, noviembre 14, 2007

De Camp David a Annapolis

Publicado 14 de Noviembre 2007 en:

http://www.wzo.org.il/es/recursos/view.asp?id=2320

Aún no está muy claro sobre que se tratará en la Conferencia de Annapolis, las reuniones preliminares entre los líderes no parecen ser muy promisorias. La agenda de la misma no ha sido definida, o al menos, no ha sido publicada. Los temas de esta Conferencia parecen ser un misterio. Lo único que está definido hasta el momento es el lugar: la Academia Naval de Annapolis, Maryland. ¿Cómo llegan las partes a esta Conferencia?


La situación actual en Israel y los territorios palestinos no parece ser la más adecuada para que la Conferencia de Annapolis de resultados positivos. Israel sigue construyendo en los territorios, el fundamentalismo islámico domina el gobierno y las calles de Gaza y ambos líderes, Olmert y Abbas, casi no cuentan con apoyo popular. En el medio de esta complicada realidad, política, social y zonal pareciera ser difícil que la Conferencia logre avanzar el estancado proceso de paz.


Siete años, miles de muertos y una nueva Conferencia


El último gran intento para lograr un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos fue durante la presidencia de Bill Clinton, a fines del 2000, cuando en Camp David el difunto Yasser Arafat y el ex Primer Ministro Ehud Barak intentaran, sin éxito, llegar a un acuerdo. Este fracaso es visto como uno de los detonantes de la cruenta intifada palestina que cobró miles de vidas en ambas bandos.


Los temas críticos, tras siete años de lucha, siguen siendo los mismos y pueden resumirse básicamente en tres puntos: los límites del futuro estado palestino, el estatus de Jerusalén, y los refugiados palestinos.


Siete años más tarde de lo que fuera el fracaso de Camp David los mismos actores llegarán a tratar los mismos temas, pero el contexto y la posición de los mismos ha cambiado.


En el caso de los palestinos, la retirada israelí unilateral de la Franja de Gaza, puede considerarse como una especie de victoria para ellos. Una amarga victoria que vino a cuenta de una guerra civil interna entre Fatah – Hamas y la pseudo-democracia que existía, fragmentación política total, la destrucción casi completa de la economía palestina, la condena internacional, el implemento de nuevas sanciones y restricciones israelíes, entre ellas la construcción de la valla de seguridad, y asociación del régimen terrorista de Hamas con el Eje del Mal liderado por Irán,


Israel, por su lado, debió soportar la segunda intifada, luchar contra el terror mientras que ganó el respecto de la comunidad internacional por su retirada de la Franja de Gaza. La economía israelí se encuentra más fuerte que nunca y desde el punto de vista gubernamental neto – sin tener en cuenta las amenazas generadas por los casos de corrupción – la coalición formada por Ehud Olmert parece ser relativamente estable. El tema palestino si bien hoy en día representa un problema existencial para el Estado de Israel, el mismo no es de carácter, siendo hoy en día la principal preocupación del Estado Judío la amenaza existencial que puede significar un Irán con potencial nuclear y las acciones que puedan ejercer sus "proxys" (Siria y Hizbollá) a fin de arrastrar a Tzahal a un conflicto bélico.


El tercer actor inseparable en todo acuerdo de paz en Oriente Medio es, sin duda alguna, el gobierno americano. La reputación del Tío Sam se ha visto seriamente dañada como consecuencia de la sangrienta y caótica aventura militar llevada a cabo en Irak por George Bush hijo, pero a pesar de la problemática imagen de los Estados Unidos en los países árabes e incluso en amplios sectores de la comunidad europea tanto Israel como la Autonomía Palestina consideran la supervisión americana ser una garantía para la firma de cualquier acuerdo.


Los Estados Árabes moderados que son tradicionales aliados de los Estados Unidos en el Golfo, específicamente Arabia Saudita, ya han declarado que estarían dispuestos a reconocer la existencia de Israel en el marco de un acuerdo regional que solucione el problema palestino y el conflicto Sirio-Israelí. No debemos olvidar que estos estados tienen un problema común con Israel: los delirios imperialistas de Irán.


El mapa político actual se encuentra mucho más polarizado que en el año 2000. Por un lado se encuentran los países y grupos pertenecientes al Eje del Mal (Irán y sus secuaces: Siria, Hizbollá, Hamas y La Jihad Islámica) mientras que por el otro se encuentran los Estados Unidos y sus aliados (Israel, Egipto, Jordania, Arabia Saudita y el debilitado gobierno del Líbano). Esta polarización sugiere que el conflicto palestino-israelí es menos importante en sí mismo convirtiéndose en parte del conflicto regional. Si bien la solución del mismo será positiva para la estabilidad de la zona, la misma no resolverá el conflicto regional.

En busca de un logro


En medio de esta problemática realidad, ¿por qué Olmert y Abbas desean la Conferencia? Las razones que tienen ambos líderes son bastante similares. Ninguno de los dos es ampliamente apoyo por su pueblo, ninguno de los dos es carismático y ninguno de los dos sabe cuando terminará su mandato. Cualquier logro político, por minúsculo que pueda ser, será determinante para el futuro de estos líderes.


En el caso de Olmert, el apoyo de la población israelí va en descenso cada día, el fracaso de la aventura militar israelí del año pasado, la Segunda Guerra del Líbano y la sombra de la comisión Winograd que aún lo persigue y amenaza con costarle su codiciado puesto - al que llegara por una mala jugada del destino – como le ha costado a al ex Ministro de Defensa, Amir Peretz y al Jefe Mayor del Ejercito, Dan Halutz; a esto se le unen a la lista de investigaciones por corrupción que se están llevando a cabo en su contra. Solo un gran logro político puede salvar a Olmert e intentar asegurar que su nuevo partido, cuyas bases ideológicas no son claras, no desaparezca del mapa político israelí en las próximas elecciones.


Mahmud Abbas, por su parte, paso a ser presidente de "media" Autonomía. La expulsión de su grupo militar y político, Fatah, de la Franja Gaza y el control completo de Hamas en esta zona lo debilitó completamente amenazando su liderazgo en una forma sin precedentes dentro del movimiento nacional palestino. Fatah hoy en día prácticamente no existe en la Franja de Gaza, sus activistas y partidarios fueron expulsados o eliminados. Solo un logro concreto en Annapolis podría darle la posibilidad de comenzar a soñar con ser un líder político también en Gaza y unir nuevamente al pueblo palestino bajo un único sueño nacional.

Los problemas


Los mismos motivos que llevan a ambos líderes a buscar desesperadamente un acuerdo a fin de salvar sus posiciones son los principales obstáculos para obtener resultados positivos en esta Conferencia. El debilitado Premier israelí debe demostrar a su ciudadanía que los palestinos están verdaderamente comprometidos a realizar concesiones históricas: rescindir al derecho de retorno de los refugiados, luchar contra el terror, frenando los ataques con misiles y desmantelando la infraestructura fundamentalista que reina en los territorios. Con Hamas dominando Gaza Olmert necesitará mucho más que palabras para convencer a sus votantes.


Por el lado de Mahmud Abbas, el desafío no es menor. En caso de que renuncie al derecho de los refugiados a regresar a territorio israelí (la histórica "bandera" de la lucha del movimiento nacional palestino) deberá a cambio obtener garantías para su pueblo, deberá conseguir un compromiso israelí sobre los bordes del futuro Estado Palestino y la soberanía del mismo sobre parte de Jerusalén. Seguramente - al igual que como lo requirieran los palestinos en Oslo – los palestinos pedirán un programa con fechas y solicitarán otros cambios rápidos que justifiquen el acuerdo (como por ejemplo la liberación de prisioneros palestinos y el levantamiento de los puestos de control del Ejercito Israelí en los territorios ocupados).


Los países árabes temen que esta Conferencia se convierta solamente en un evento mediático que, al no dar resultados, perjudique al débil Presidente Mahmud Abbas y fortalezca consecuentemente a Hamas y a los sectores radicales islámicos de la región.

Las Consecuencias


Las consecuencias de un fracaso pueden ser graves y peligrosas. Siete otoños atrás el fracaso en Camp David generó una sangrienta intifada. Un nuevo fracaso generaría aún mas daño al consenso existente sobre el concepto de "dos estados para dos pueblos". Esto generaría el deseo israelí de fortalecer sus posiciones en los territorios ocupados y también el fortalecimiento del Hamas quien niega la existencia de la "Entidad Sionista".


Otra consecuencia negativa sería el duro golpe que le proporcionaría a Mahmud Abbas y como consecuencia a la línea secular dentro de la política palestina. El ya debilitado Fatah recibiría un nuevo knock-out que podría llevar al consolidar a Hamas también en Cisjordania.


El prestigio del gobierno americano, y su estatus de mediador también se verían seriamente dañados. Se pondría en duda la capacidad de los Estados Unidos de ser el mediador en este conflicto y los países árabes moderados intentarán tomar distancia del proceso palestino – israelí a fin de no ser dañados.


Como pudimos observar este proceso político es sumamente frágil y peligroso, pero, justamente el riesgo del mismo quizás sea un incentivo lo suficientemente importante para que ambos lados realicen los esfuerzos necesarios para que el mismo de resultados positivos, teniendo en cuenta que el prestigio personal del Premier israelí, el Presidente palestino y el gobierno americano están en juego.


Desde el punto de vista teórico ambos lados saben cuales son los pasos a seguir para solucionar el conflicto, al menos conceptualmente hablando. Pero tras 7 años de estancamiento del proceso de paz acompañados por una sangrienta lucha el precio a pagar por la paz puede ser aún más alto que en el pasado. La pregunta es: ¿Tienen Olmert y Abbas el poder político necesario para tomar estos pasos?

martes, noviembre 06, 2007

Doce años y el asesino sigue festejando

Publicado en Revista Nueva Sion
Edición Impresa Noviembre 2007
Web:
http://www.nuevasion.com.ar/nota.asp?IDNoticia=0005061

Luego de doce años del brutal asesinato del Primer Ministro Itzjak Rabin perpetrado por Yigal Amir, pareciera ser que los valores y principios que deberían guiar nuestro pequeño estado democrático se encuentran cada día más desvirtuados. Este 4 de noviembre fue un día para el olvido, o no.

El 4 de noviembre, fecha del asesinato, ha tomado connotaciones muy particulares y poco sanas para ciertos sectores de la sociedad israelí, una sociedad que en su totalidad debería condenar este ataque que fuera mucho más que un asesinato. Tristemente, doce años después aún debemos acentuar y recordar a estos grupos, no tan pequeños, que el asesinato de Rabin fue un ataque contra la democracia, la estabilidad política, los valores sionistas y no solo contra el ideal de un sector político.

Este 4 de noviembre ha sido muy especial, mientras muchos aún lloraron la pérdida de uno de los pocos líderes israelíes que tuvo el valor de hacer concesiones políticas y personales concretas a fin de intentar llevar al Estado de Israel a un futuro mejor por medio de la palabra y no de la guerra, otros festejaron, entre ellos el asesino, Yigal Amir, quien esta vez festejó con el consentimiento de la justicia.El 4 de noviembre del 2007 lamentablemente, y a pesar de todos los intentos que realicemos por olvidarlo, será también recordado como el día en que el asesino celebró la circuncisión de su hijo en la propia cárcel con el consentimiento de un sistema legal que demostró estar completamente automatizado, donde la decisión fue tomada por un juez tecnócrata que por medio de su fallo se burló de los sentimientos y principios morales de gran parte de la ciudadanía israelí.

Una justicia injusta

Esta resolución fue otra puñalada en el debilitado sistema de valores del país. Aquellos quienes justifican el "pacto con Dios" llevado a cabo en la prisión de Rimonim, alegan, "inocentemente", que la fecha de esta circuncisión fue tan solo una "ironía del destino". Toda sociedad que no desee subsistir y degenerarse moralmente, sino también desarrollarse y evolucionar democrática y éticamente debe -en un caso extremo como este- saber que el destino está sólo en sus manos, no en manos de "fuerzas superiores" ni de leyes secas interpretadas por tecnócratas; quienes interpretan las mismas deben tener la capacidad de saber cuándo una lectura errónea puede generar más daños que beneficios. Solo en un país donde a veces los hechos parecen no tener la más mínima lógica; quien asesinó a un primer ministro tiene el derecho y el honor de asistir a una alegría, como la circuncisión de su hijo primogénito, en el aniversario del día en el que cometió un crimen que cambió la historia. ¿No debería ser acaso cada 4 de noviembre el día más miserable en la vida del asesino Yigal Amir? ¿No tendría el Estado, la justicia y el sistema carcelario asegurarse de que así sea? Quizás algún día se le borre la sonrisa de su rostro, aunque lamentablemente sabemos que después del 4 de noviembre de 2007, su mente perversa tiene un motivo más para sonreír.

A veces la democracia puede ser muy cínica, y quienes tienen la suficiente habilidad para jugar según las reglas tecnócratas del juego democrático pueden lograr sus objetivos.

La democracia no puede defenderse por si misma. El hombre puede ser más hábil que el propio sistema democrático, y es por eso que este sistema debe ser defendido por los hombres: ciudadanos, políticos y jueces. Los valores por sí solos no pueden prevalecer sin ser interpretados y aplicados correctamente.

Un duelo político y no nacional

El 4 de noviembre se ha convertido en un día de duelo solo para los sectores de la izquierda del mapa político israelí. El sábado 3 de noviembre por la noche 150.000 personas concurrieron a la Plaza Itzjak Rabin en Tel Aviv a fin de recordar la vida y el legado del líder asesinado. Es notable observar la ausencia de los líderes del los partidos políticos democráticos de la derecha israelí en estos actos, ni siquiera el Premier Ehud Olmert estuvo presente en el mismo.

Lamentablemente, el recuerdo del asesinato del Primer Ministro de todos los ciudadanos de Israel, cada día, se convierte más en un recuerdo de la izquierda israelí. La derecha moderada, fuera de realizar algunas declaraciones obligatorias, brilla por su ausencia en el momento de fortalecer el recuerdo de este crimen y condenarlo, si bien Itzjak Rabin representaba un ideal político de izquierda fue asesinado mientras cumplía su cargo de Primer Ministro del Estado de Israel.

Homenaje "à la Betar"

Una de las "incubadoras" más fructíferas del racismo fanático de derecha israelí ha sido -durante las últimas décadas- la hinchada del Club Betar Jerusalem. El 4 de noviembre por la noche, en un aburrido partido de fútbol disputado entre este club y Macabi Haifa, mientras debió mantenerse un minuto de silencio en memoria a Itzjak Rabin, un grupo no pequeño de hinchas fanáticos, racistas y retrógrados se dieron el lujo de alabar al asesino Yigal Amir. La parcialidad de Betar, que cantó estas alabanzas, nunca se ha caracterizado por su amor al prójimo, tolerancia o alto grado de inteligencia.Aquellos hinchas que avergüenzan al Movimiento Revisionista fundador de esta institución y a históricos miembros del mismo como Zeev Jabotinsky y Menajem Begin entre otros, no entienden que alabar al asesino de un Primer Ministro es cruzar un límite muy peligroso que ninguna democracia se puede permitir.

El sistema legal israelí debería, ahora, preocuparse para que estas inescrupulosas bestias sociales no vuelvan a cometer en las canchas apologías de este delito que hiere a la democracia de Israel.

Sólo nos queda esperar que en el 13vo año la sociedad israelí sea más madura, que el duelo sea nacional, que la moral y la ética, y no tan solo la ley, sean quienes guíen las decisiones de nuestros jueces.
Inon Amir

A largo plazo, solo deseo dentro de 15 años ver a Inon Amir -hijo de Yigal- el 4 de noviembre del 2022 en la Plaza Rabin protestando y recordando a quien fuera uno de los grandes líderes del Estado. Así sabremos que nuestra sociedad ha madurado, y se ha convertido en una sociedad donde la ética, la comprensión, la moral y, fundamentalmente, la razón predominen sobre los mitos y fantasmas del fanatismo político y religioso que nos rodean y amenazan. Quizá, ese día, finalmente se borre la sonrisa del asesino.