martes, octubre 28, 2008

La negativa de Tzipi Livni lleva a Israel a nuevas elecciones

Lic. Daniel Alaluf (Desde Jerusalem)
Las debilidades del sistema político israelí quedan nuevamente expuestas. Tzipi Livni no ha logrado formar coalición y la cuenta regresiva ha comenzado; en aproximadamente 90 días el pueblo israelí deberá asistir a las urnas nuevamente para elegir a los futuros miembros de la Knesset. Este ejercicio democrático se ha convertido en una costumbre muy recurrente en las últimas dos décadas, en las cuales ningún gobierno a conseguido finalizar su mandato.

Tras ser electa, cinco semanas atrás, la nueva líder de "Kadima", la Canciller Tzipi Livini intentó, sin éxito, satisfacer a los diferentes Partidos a fin de lograr formar gobierno, sus esfuerzos fueron en vano y fracasó. ¿El motivo?: Livini se negó a jugar bajo las reglas tradicionales de la política israelí, aparentemente se negó a vender sus ideales para aferrarse al codiciado puesto de Premier como lo hicieron tantos políticos que la precedieron.
Livni dijo no. NO al vergonzoso y deplorable chantaje político que utiliza frecuentemente el Partido Religioso Sefaradí "Shas", un Partido capaz de vender las puertas del cielo por unas monedas, siempre teniendo la precaución de camuflar sus extorsiones económicas con falsos motivos políticos -sin fundamentos éticos-que ponen constantemente en peligro a la democracia israelí, a las características hebreas del Estado de Israel y a las posibilidades de una futura posible convivencia pacífica en estas agitadas latitudes.

Un gobierno sin mayoría

El NO de Livni llevará a la ciudadanía a las urnas a elegir entre diferentes líderes, pero hasta que esto suceda el país será gobernado por un "Gobierno sin mayoría". El lunes 27 de octubre comenzó la sesión de invierno de la Knesset, esta vez con la peculiaridad de que la coalición no tiene mayoría. Esta situación es particularmente peligrosa en un sistema partidario sectorial como el israelí, donde cada grupo puede intentar aprovechar esta pseudo-anarquía a fin de obtener presupuestos para financiar sus intereses particulares.

Un duro golpe al proceso de paz

Tal como lo declarara el dirigente Yossi Beilin: "La Knesset actual presenta una oportunidad excepcional para tomar decisiones cruciales". Es de suponer que una coalición como la actual no se repetirá tras las elecciones. Aún en el caso de que el Partido Kadima de Livni gane las elecciones, según las primeras encuestas, la diferencia a su favor no será amplia. El bloque izquierdista israelí se ve claramente debilitado, principalmente por la gran pérdida de mandatos que se espera ver en el partido de izquierda Avodá y la muy probable desaparición del "Partido de los Pensionados". A fin de poder llegar a una coalición, Livni, deberá en este hipotético caso, asociarse con "Shas" y otros grupos religiosos de derecha o incluso con el propio "Likud". Todos los partidos de los sectores religiosos y por supuesto, el propio Likud, niegan la posibilidad de una verdadera negociación que pueda llevar a un acuerdo de paz real tanto con los palestinos como con Siria. El sueño de Shimón Peres de una "paz regional", el mismo que Livni y Barak desean concretar, se verá nuevamente frustrado por el pragmatismo político y la falta de horizontes verdaderos.

Los principales partidos y las encuestas

A tres meses de las elecciones los principales partidos políticos se encuentran en la siguiente situación:

* Kadima: Uno de los dos Partidos que parece ser candidato a obtener la mayor cantidad de votos. Livni intentará en los próximos días fortalecer su propia imagen, una imagen de cambio y limpieza que el electorado israelí desconoce ya desde hace varias elecciones. Aún así, la actual Canciller deberá justificar por que un Partido surgido de la nada que perdió a su líder y fundador, Ariel Sharón; que fracasó en la dolorosa guerra del Líbano y que luego fue dirigido por uno de los políticos más corruptos de la historia de Israel, merece estar al frente del país. Esta empañada imagen ya presenta un gran desafío. Sin duda ir a nuevas elecciones ha sido la última opción de Livni ya que incluso pocos meses de gobierno antes de las elecciones habrían fortalecido su imagen a fin de hacer frente a la falta de experiencia que se le adjudica.

* Likud: El segundo candidato a lograr un triunfo electoral. Por el lado de Biniamin Netanyahu, líder de Likud, sus tácticas serán básicamente dos: por un lado debilitar a su principal enemiga política, Tzipi Livni, aduciendo que la Canciller carece de experiencia; y por otro lado adjudicarse la actual fortaleza de la economía israelí alegando que este fenómeno se debe a las medidas que él tomó al estar a cargo de la cartera de finanzas durante el gobierno de Ariel Sharón. Por supuesto que dicho alegato omitirá las terribles y salvajes consecuencias sociales que generó esta sangrienta política económica, siendo esta la época donde el índice de pobreza se disparó a cifras que el pequeño Estado judío nunca había visto: ¡Bibi lo hizo! Sólo la corta memoria del pueblo podría llevar a este audaz político nuevamente al poder, un poder tan ansiado por este líder que lo puede llevar a pagar altos precios económicos y a aceptar condiciones altamente desproporcionadas para lograr formar una coalición, fortaleciendo de esta forma el peligroso modelo político sectorial que amenaza a la democracia israelí.

* Avodá: por el lado de este golpeado Partido, que lleva ya casi una década sin encontrar un verdadero líder, las encuestas actuales indican que la caída del mismo es casi inevitable. La gran esperanza del Partido, Ehud Barak, cada día demuestra ser más un problema que una solución. Muy probablemente el resultado de las próximas elecciones signifique el fin definitivo de la carrera política de él.

* Shas: Si bien hoy las encuestas le otorgan a Shas 8 mandatos en la próxima Knesset, no debemos olvidar que los votantes de este Partido no apelan a su conciencia ni a su razón en el momento de votar sino que, lamentablemente, aceptan ciegamente la voluntad de su Todopoderoso Rabino, Ovadia Yosef. Por lo tanto, es de suponer que este Partido antidemocrático que participa en el juego democrático, tendrá bastante más bancas de las que se le adjudican hoy en día. Shas, un Partido cuya ideología política se ve altamente definida por los presupuestos que se le ofrezcan, declinó la propuesta de Livni de 950 millones de shekels, llevando a Israel a nuevas elecciones. Shas sabe que Netanyahu ofrecerá más. Lo que este partido no tiene en cuenta en estos momentos es que si en los próximos meses la crisis económica internacional golpea fuertemente a Israel, ningún gobierno podrá brindarle los desproporcionados fondos que suele pedir para "vender" su apoyo a la coalición.

Las influencias de las elecciones en los EE.UU.

Es de esperar que las elecciones en el principal aliado de Israel ejerzan algún tipo de influencia. Tradicionalmente, la sociedad israelí prefiere tener líderes que tengan excelentes relaciones con los presidentes americanos. Es de suponer que un triunfo de Barak Obama de algún tipo de ventaja a Livni, mientras que el triunfo de McCain beneficiaría a Netanyahu.

El pueblo deberá otra vez elegir líderes; líderes para un sistema que nuevamente demuestra fracasar frente a la peligrosa fortaleza de ciertos Partidos sectoriales. Cuando los intereses nacionales se ven empañados por los intereses sectoriales la mayoría pierde y una pequeña minoría gana. Quizás la medida de Livni no sea la más correcta analizándola desde un punto de vista maquiavélico, pero por primera vez en muchos años un líder decidió no pagar el alto precio pedido por el puesto de Premier.

viernes, septiembre 19, 2008

Un nuevo comienzo para el accidentado Kadima

Publicado en Revista Horizonte

Por un pequeño -pero determinante margen- la actual Ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livni, se convirtió en la nueva líder del alicaído Kadima (Adelante), fundado , en su momento, por Ariel Sharón.
Nuevamente, y a pesar de su corta existencia, Kadima se ve en la necesidad de encontrar un reemplazante para su líder. La primera vez fue por una mala jugada del destino cuando el colapso del fundador del mismo, Ariel Sharón, dejara en manos -por herencia política- de Ehud Olmert el control del mismo. Esta vez, la serie de investigaciones y casos de corrupción que se le atribuyen al Premier llevaron a las elecciones internas a fin de buscar un reemplazante digno y menos dudoso.

A los 50 años de edad, la Canciller de Israel, a ido adaptando su ideología con el correr de los años. Mientras que su educación y raíces ideológicas se encuentran en la derecha israelí, donde en la existencia de un Estado Judío es primordial (judío al estilo de Jabotinsky: Sionista, secular y democrático), su postura actual se ha ido adaptado a las necesidades de Oriente Medio. Tzipi Livni modelo 2008, aboga por la creación de un Estado Palestino a fin de llegar a la solución del conflicto con ese pueblo, no por medio de la tan discutida "solución de dos estados".

La victoria de Livni ante su contrincante más próximo, el actual Ministro de Transporte Shúl Mofaz, nos lleva a diferentes conclusiones -muy variadas- sobre el por qué de este cambio en la política israelí; pero quizás el factor común entre todos los diferentes motivos sea uno muy simple y preocupante: Livni cuenta aún con una imagen intachable de honestidad y limpieza.


Ahora, a enfrentar los verdaderos desafíos
La victoria en las internas es tan sólo la primera prueba pasada con éxito por Livni, pero los verdaderos desafíos comienzan ahora. Este triunfo está muy lejos aún de llevar al cargo de Premier a la actual canciller. En lo inmediato, Livni, comenzará una etapa de negociaciones con los diferentes partidos políticos israelíes, que requerirá de la -ahora- líder de Kadima, una gran capacidad de negociación; manipulación y convencimiento -las condiciones más destacables de su predecesor, Ehud Olmert-

Si bien Ehud Barak, líder de Avodá y principal socio político en la coalición gubernamental de Kadima, ya ha declarado que desea ir a elecciones generales y no formar una nueva coalición de gobierno; estas declaraciones son -muy probablemente- una táctica para endurecer aún más las negociaciones ya que está muy claro hoy en día que en caso de que se realicen elecciones generales en los próximos meses la lucha por el gobierno israelí se encontrará entre Benjamin Netanyahu por el Likud y Tzipi Livni por Kadima, dejando a Barak y su partido en un muy incomodo y minoritario tercer puesto.
Principales desafíos de Kadima

Kadima, por su parte, es muy probable que busque -de cara a los próximos meses- un gobierno estable que le permita mejorar su imagen interna, quizás por medio de la firma de algún acuerdo con alguno de los enemigos del Estado de Israel. Un acuerdo que sirva al partido como base de campaña para las próximas elecciones en el 2010, algo que también desfavorece a Avodá.

Los desafíos son grandes, Livni deberá demostrar en las próximas semanas, tanto formando o no formando coalición, que tiene la capacidad para ser la próxima Primer Ministra del Estado Judío. Deberá a su vez dirigir un partido sin tradición y sin historia, con ideales fracturados y compuesto por pequeños políticos con grandes egos.
Si Livni no logra hacer historia con Kadima, Kadima quedará en la historia.Para muchos de los miembros de Kadima esta elección simboliza el comienzo de un nuevo período dentro de este joven partido; un período que intentará despejar la nube de corrupción que empaña la imagen del mismo a fin de poder afianzarse como un legítimo partido en el sistema político israelí y no quedar en el olvido de los electores.

jueves, septiembre 11, 2008

Intercambio de prisioneros Israel – Hezbollah: el fin de la Segunda Guerra del Líbano

Publicado en Revista Horizonte, Hagshamá.
El intercambio de prisioneros entre el Estado judío y la guerrilla chiíta Hezbollah simboliza el epílogo de la desafortunada aventura militar, sin objetivos reales, en la que se embarcó el Premier israelí Ehud Olmert de la mano de su principiante (ex) Ministro de Defensa de turno, Amir Peretz.

¿Cuál es el precio a pagar por un soldado muerto?

El dilema que implica todo intercambio de prisioneros no es nuevo para Israel. Desde la fundación del Estado se han llevado a cabo decenas de intercambios con los vecinos árabes, la gran mayoría de ellos con un saldo cuantitativo largamente favorable para los enemigos del estado judío.

Si bien la razón dicta un principio simple y lógico que afirma: "No se negocia con secuestradores ni terroristas ya que esto estimula a los mismos a realizar más actos de estas características", las cosas no siempre son tan simples y claras en la vida real y menos aún en esta zona del planeta.

La toma en cautiverio de soldados enfrenta a la sociedad israelí con sus peores temores, generando desesperación y planteando el problema en un plano emocional que implica la resolución del mismo por medio de impulsos humanos y no por medio de cálculos matemáticos que dictaminen quien gana y quien pierde claramente.

Tras sesenta años de existencia y conflicto, Israel sabe enfrentar el dolor de la muerte y convertirlo en esperanza, pero cuando de soldados cautivos se trata la historia es muy diferente. Esta situación despierta todos traumas más profundos del Pueblo Judío: la falta de libertad, la pérdida del control, la incertidumbre y la desesperación.

El Estado de Israel fue el gran parte creado como respuesta y solución a estos traumas, por estos motivos, la muerte en combate o en la lucha por la libertad e independencia es un riesgo a correr, tal como lo hicieran los sicarios en Masada, mientras que la caída en cautiverio no es una opción que puede ser enfrentada tan fácilmente. Ésta rompe los esquemas lógicos del pensamiento de la sociedad israelí, reviviendo los fantasmas del pasado, de aquellas épocas anteriores al 15 de Mayo de 1948, cuando el Pueblo Judío era débil y vulnerable.

Dos años después del comienzo de la guerra, al menos uno de los objetivos de esta polémica guerra se cumplió: tras meses de negociaciones y guerra psicológica, finalmente, Ehud Goldwasser y Edad Regev volvieron a Israel. El método no fue el imaginado por el premier israelí quien decidió en parte entrar en su momento al Líbano a fin de encontrar a los soldados, el precio que Israel pagó, es el precio del fracaso. En el bazar de los cadáveres de este conflictivo Medio Oriente cuando de precios se trata el cielo, es el límite.

El enemigo y la guerra psicológica

Tras 20 años de conflicto, Hezbollah conoce muy bien a su "enemigo sionista". Esta organización guerrillera sabe que a pesar de que todos los indicios suponían que ambos soldados habían fallecido en el mismo momento del ataque aquel día 12 de julio del 2006, mientras exista una mínima duda, por pequeña que esta sea, Israel no se daría el lujo de anular un acuerdo. La "guerra psicológica" utilizada por la guerrilla chiíta es simple y efectiva.

El Sheik Hassan Nasrallah logró su objetivo, liberar a Samir Kuntar y fortalecer aún más su imagen en el Líbano, donde Hezbollah está perpetuando sus actividades políticas y militares, convirtiéndose apresuradamente en un estado de facto dentro de un estado de juri, con poderes y atributos cada vez más amplios y preocupantes para la democracia de ese país y por ende para los países moderados de Oriente Medio.

El objetivo de aquel secuestro era, claramente, lograr la liberación de prisioneros libaneses y palestinos que residen en las cárceles israelíes, y el más importante de ellos Samir Kuntar, quién asesinara a sangre fría en 1979 tres miembros de la familia Aran y al policía Shlomo Shajar. Ya en el año 1995, en el transcurso de las negociaciones que llevarían a los Acuerdos de Oslo esperaba el asesino Samir Kuntar, tras 16 años en prisión, ser liberado en el marco de las mismas. Él mismo Kuntar apeló al juzgado regional de Beer Sheva y solicitó en tonos "pacifistas" ser incluido en la lista de prisioneros que serían liberados: "Estoy dispuesto a solicitar a todos a no realizar actividades terroristas que pongan en riesgo el proceso de paz" y luego advirtió: "el daño a este procesó será mucho mayor si intentan liberarme por medio de un secuestro", estas fueron sus palabras a un periódico de aquella época. Doce años más tarde vemos que su palabra se cumplió. Pero, todos sabemos que el lugar de Kuntar es la cárcel en el mejor de los casos junto a "setenta vírgenes".

La negociación y la campaña mediática

Israel siempre aspiró a cerrar rápidamente cuentas con sus enemigos, especialmente cuando se trata de soldados en cautiverio a fin de borrar la sensación que esto genera de la conciencia colectiva de la sociedad israelí, y este es el motivo por el cual los enemigos del Estado Judío intentan alargar estos procesos a fin de prolongar el sufrimiento y elevar el rédito que pueden obtener de estas situaciones. Nasrallah aprendió, con el correr de los años, el método para convertir un secuestro puntual en un atentado a la conciencia colectiva israelí, hiriendo así a la sociedad. Las familias de los secuestrados y los medios se convierten inconscientemente en víctimas de esta situación generando que la propia negociación se torne aún más complicada y desfavorable para Israel. Es crucial que en negociaciones futuras, que lamentablemente habrá, la desesperación de los familiares, campañas mediáticas y motivos los políticos o electorales no sean los que dirijan las negociaciones con el enemigo.

A pesar de la difícil decisión, el alto precio y la injusticia de recibir dos cuerpos, hoy, cuando Eldad y Ehud ya están de vuelta en casa, el Estado Judío demostró nuevamente que su superioridad frente a sus enemigos no es tan solo militar sino también ética y moral. Esta superioridad se convierte un valor tangible en momentos difíciles como el actual, cuando Israel no duda en pagar precios muy altos por su gente, los números reflejan el valor que Israel le da a su pueblo. En un mundo donde no siempre ganan quienes tienen la razón, la justicia quizás no sea inmediata, pero el Estado Judío ya ha demostrado en el pasado que cuando lo desea el brazo de la justicia es largo y puede también actuar en diferentes lugares en el futuro.

El 16 de Julio del 2008 terminó otro capitulo en de historia israelí, los conflictos emocionales no encuentran respuestas simples. El camino hacia la paz es largo y arriesgado, los precios altos pero ¿quién puede negar el derecho de las familias de Ehud Goldwasser y Edad Regev de tenerlos de vuelta en casa? En la cruda realidad israelí, todo el Pueblo está en estos días de duelo, preparándose para el próximo desafío.

viernes, junio 27, 2008

La fragilidad de la tregua Israel – Hamas

Publicado en Revista Horizonte, Hagshama, Radio Jai.

El acuerdo de cese de fuego convenido entre Hamas e Israel, si bien puede llegar a brindar algunos días de silencio a los ciudadanos del sur del país, deja ante todo clara la completa falta de estrategia israelí para hacer frente a este grupo terrorista. Esta tregua, que quizás sea una decisión correcta, refleja básicamente la tensión existente entre dos formas completamente opuestas de enfrentar a este peligroso e indeseado vecino, la mezcla de estas dos tácticas que analizaremos a continuación demuestra la ausencia de una estrategia israelí coherente para enfrentar a Hamas en esta compleja situación.

Diferentes puntos de vista


El caso de Hamas es altamente peligroso y peculiar: se trata de una organización terrorista con tácticas guerrilleras que tiene bajo su control un territorio determinado, altamente poblado por personas fanáticamente comprometidas con una causa nacionalista de tintes religiosos. Este caso es probablemente único en la historia bélica de la humanidad.


Desde aquella revuelta organizada por Hamas contra Fatah que llevara a la organización a tomar el poder, Israel se vio en la diyuntiva de cómo tratar a esta agrupación terrorista. Existen dos formas diferentes de ver a este grupo: la primera forma de ver al mismo, que ha sido formalmente adoptada por Israel, lo define como una organización islámica terrorista militante que no puede existir a la par del Estado judío en paz. Según esta teoría, en caso de que Hamas no pueda ser controlado, debilitado o bien manipulado por su rival en el poder, Fatah, deberá ser aislado, confrontado y eliminado militarmente.


La segunda forma de ver a esta peligrosa organización, define a la misma como un movimiento político, donde confluyen tanto miembros extremistas como moderados, que pueden ser incentivados a fin de dejar la lucha terrorista por medio de algún tipo de negociación llevando a que esta organización adapte sus posturas extremistas a la realidad política de Oriente Medio, aceptando logros moderados y no una victoria total, que según la propia visión de los elementos más extremistas de este grupo, significa la eliminación del Estado de Israel.


Quienes suscriben la primera visión, verán al cese del fuego, en el mejor de los casos, como una pausa puramente táctica previa a una operación militar a gran escala, mientras que los adscriptos a la segunda, verán al mismo como la esperanza de un comienzo de un proceso constructivo entre ambas partes que pueda llevar a una solución pacífica del conflicto.


Las esperanzas de la segunda visión, en llevar a Hamas a una posición un tanto moderada a fin de llegar a un acuerdo pacífico, se basan en la experiencia israelí con Fatah. Debemos recordar que 30 años atrás este grupo pretendía la eliminación total de Israel, y tras décadas de atentados, secuestros y asesinados; Fatah, decidió tomar también el camino político - diplomático. Pero, nos estaríamos engañando si pensáramos que Fatah finalizó con sus actividades terroristas. En el mejor de los casos podemos pensar que nos encontramos en el transcurso de este proceso y que el completo abandono de las tácticas guerrilleras se dará cuando este grupo obtenga un Estado. En el caso de Hamas es difícil pensar que se llegará a una situación similar a la de Fatah, básicamente debido a las terribles diferencias que existen entre ambas organizaciones. Hamas -si bien como Fatah-es un grupo que nace como resultado del propio conflicto palestino-israelí, a diferencia de éste, es una organización extremista religiosa representante en "Palestina" del grupo fundamentalista "Hermandad Musulmana" o peor aún un proxy sunita musulmán del régimen islámico Shiíta iraní.


Teniendo en cuenta estos factores las preguntas que surgen son difíciles de responder: ¿Puede Hamas ser vencido militarmente? ¿Se puede lograr la rendición de este grupo por medio de un boicot económico y diplomático? Evidentemente esta última táctica no ha brindado los resultados esperados.


La naturaleza problemática de Hamas y los motivos israelíes


La naturaleza de Hamas es lo que hace tan problemática la situación y pone en duda los motivos y logros que puede tener este cese de fuego. Si volvemos al pasado nuevamente, -en el caso de las negociaciones entre Israel y Fatah- si bien Fatah modificó su posición y aceptó la existencia de Israel, el Estado judío también hizo concesiones aceptando el derecho a un Estado Palestino (solución de dos estados para dos pueblos), pero en el caso de Hamas hay poco que Israel pueda ofrecer para una real paz dada la naturaleza de esta organización fundamentalista. Fatah era un grupo de liberación secular según los modelos existentes de estos grupos en el tercer mundo de esa época, mientras que Hamas es fundamentalista y niega todo posible contacto con Israel, por lo tanto la comparación entre ambos grupos a fin de llevar a trazar una táctica para enfrentarlo es altamente riesgosa.


Israel ha tomado la decisión de aceptar esta tregua fundamentalmente teniendo en cuenta dos factores básicos que han llevado a postergar una operación militar a gran escala: 1) el alto costo en vidas que implicará la lucha en una zona tan densamente poblada y contra guerrillas y no frente a un ejército, y 2) la ausencia de un actor, grupo o líder a quién se le pueda entregar el poder de la Franja de Gaza tras la operación, lo que podría llevar a una muy indeseable permanencia del ejército israelí en la zona. Si bien frente a estas realidades un cese del fuego también brinda tiempo a la cúpula política israelí, es ingenuo pensar que el mismo será duradero.


La tan postergada decisión israelí de aceptar el cese de fuego es muy problemática, como lo hemos destacado antes, deja en claro el conflicto táctico interno israelí para enfrentar a este grupo fundamentalista. El mismo hecho de que Israel demorara tanto en aceptarla refleja que la misma es más importante para Hamas que para el Estado judío. Mediante este acuerdo, aumenta el prestigio de Hamas dentro del pueblo palestino, quién a diferencia de Fatah, comprueba nuevamente una de las afirmaciones más populares de la calle palestina: "con Israel solo se habla por la fuerza".


Los motivos internos de Hamas


Si bien uno de los principales intereses de Hamas en esta tregua puede residir en tener "silencio" a fin de rearmarse para el próximo round y en obtener el levantamiento del bloqueo económico israelí, este silencio también sirve a los objetivos políticos internos de la organización. Mahmud Abbas debe, en estos días, visitar por primera vez la Franja de Gaza tras el golpe de estado que realizara hace ya un año el grupo islámico contra Fatah, en un intento de reconciliación palestino. Si bien esta iniciativa está respaldada por Egipto, Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes, el camino al éxito de la misma se encuentra lleno de obstáculos debido a la exigencia de Abbas: restaurar la situación a la existente antes del 14 de Junio del 2007. Pero, frente a la presión del mundo árabe, en caso de que este proceso brinde resultados, casi seguramente llevará a nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias a las cuales Hamas desea llegar de la mejor forma posible. Si al cabo de 6 meses, la tregua se mantiene en Gaza, Hamas puede sugerir a Israel extender el acuerdo a Cisjordania, demostrando de esta manera el control efectivo de la seguridad en ambas partes del territorio palestino.


Desde el punto de vista israelí el dialogo entre Hamas y Fatah no debe ser visto necesariamente como negativo. Este puede proveer un momentum favorable, y más aún si se encuentra acompañado por un cese de fuego, que permita a Fatah acercar a Hamas a una situación en la cual pueda comenzar a implementarse el plan de paz denominado como "Hoja de Ruta". A grandes rasgos esta situación es posible, pero los conflictos internos palestinos hacen que la misma sea muy complicada ya que ésta, implica un real cese de hostilidades entre los grupos palestinos primeramente, y la aceptación de las condiciones impuestas por el cuarteto internacional a fin de comenzar con la implementación de la Hoja de Ruta.


La fragilidad del acuerdo


Podemos distinguir tres amenazas fundamentales a este informal acuerdo. El primer problema esta orientado a que Hamas frene sus actividades para armarse. Será muy complicado que esto suceda y más aún, poder llegar a controlar este factor. El segundo problema será que el gobierno israelí y Hamas acuerden una lista definitiva de prisioneros a ser liberados a cambio del soldado israelí Gilad Shalit, quién lleva ya dos años en manos de los terroristas. El tercer factor será llegar a un acuerdo sobre el control del paso fronterizo de Rafiah, entre Gaza y Egipto, por donde pueden entrar armas y misiles altamente peligrosos para Israel. La falta de acuerdo en alguno de estos tres puntos convierte a esta tregua en altamente volátil. Este negociación caerá rápidamente a menos que ambas partes se muevan hacia un acuerdo un poco más estable, algo casi imposible. En pocas palabras, Hamas busca el levantamiento del embargo económico mientras que Israel desea debilitar a esta organización a fin de permitir un posible retorno al poder de Fatah, con quien mantiene precarias negociaciones, pero negociaciones al fin de cuentas. Israel -por su parte- desea que Hamas no introduzca más armas mientras que estas son esenciales para la organización terrorista en caso de un futuro enfrentamiento con Israel. En definitiva es de suponer que el cese de fuego durará hasta que una de las partes "sienta" que la otra se está beneficiando del mismo.


Conclusión


Un cese de fuego constructivo, sería lo óptimo en el marco de las negociaciones israelíes-palestinas, pero esto resulta imposible dado que implicaría el final del sangriento conflicto interno que divide al pueblo palestino (Hamas vs. Fatah). De esta forma sí podríamos pensar que el cese de hostilidades temporario puede llegar a convertirse en el comienzo de un futuro acuerdo más estable.


La falta de respuestas -efectivas- diplomáticas y militares de Israel, llevan a su gobierno a intentar esta nueva "táctica", a pesar de que los mismos gobernantes demuestran explícitamente ser pesimistas sobre el éxito de la misma. La tensión interna entre las dos formas completamente opuestas existente para enfrentar a este enemigo da como resultado esta frágil tregua.


Si bien es altamente valioso que cada día que pase, los ciudadanos del sur de Israel se encontrarán lejos del peligro del terror balístico palestino, este cese de fuego negociado indirectamente con Hamas es, teniendo en cuenta la postura actual de las partes, casi indudablemente temporario y sirve como un preludio de lo que será una gran operación militar a menos que esta organización terrorista demuestre claros signos de cambios de posición, que lleven a un tipo de aceptación del Estado judío (tal como lo hiciera Fatah) y contacto futuro con Israel a fin de encaminar algún tipo de proceso diplomático.


Sin embargo, este escenario parece -hoy en día- encontrarse muy lejos de la realidad.

jueves, junio 05, 2008

Ehud Olmert: un corrupto entre corruptos

Publicado en Revista Horizonte, El Corresponsal de Medio Oriente y Africa, Paz Ahora, Vamos a cambiar el mundo.

La democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida, por la elección hecha merced a una mayoría incompetente"
George Bernard Shaw.
Escritor, Premio Nobel de Literatura.

Un nuevo caso de corrupción ensombrece el escenario político israelí: Ehud Olmert, ni más ni menos que el Primer Ministro del país es sospechoso de haber recibido dinero en contra de lo estipulado por la ley y de haber realizado uso incorrecto del mismo.


Esta vez las sospechas parecen haber acertado finalmente un knock-out político en el ya golpeado líder israelí. Muchas han sido las investigaciones en su contra, y muy cómplice ha sido el cobarde silencio del Partido laborista durante todos estos años a fin de evitar la caída del príncipe Olmert, quien parece conocer a la perfección los consejos de Nicolás Maquiavelo.


Los sucesivos líderes de Avodá evitaron a toda costa durante los últimos dos años derrocar la coalición gubernamental de la cual son miembros. Bajo el pretexto de que "el país no necesita nuevas elecciones" y escudándose en la excusa de la necesidad de una continuidad política escondieron el peor de los temores de la izquierda y el centro de nuestros días, la subida de uno de los más nefastos actores de la política israelí: Biniamin Netanyahu.


No nos dejemos engañar; el paso tomado por Ehud Barak se encuentra muy lejos de ser una demostración de valentía y responsabilidad nacional, es tan solo un desesperado intento por salvar su honor político si es que algo de esto aún le queda. Este líder de "izquierda", que vive en uno de los rascacielos más caros del Estado judío, es desde hace más de un año víctima de sus propias promesas y amenazas. Hace casi un año ya que prometió, tras la publicación de las conclusiones de la Comisión Winograd que investigó lo sucedido en la Segunda Guerra del Líbano, retirarse de la coalición.


La generación de líderes políticos actuales se encuentra -lamentablemente- muy lejos de aquella que fundó y acompañó al Estado judío en sus comienzos. El hedonismo entre los políticos los lleva en muchas ocasiones a cometer pecados imperdonables. La conexión entre dinero y poder es la fuente de muchos males, uno de ellos es el de este caso: el fraude, y mal uso de donaciones que fueran teóricamente destinadas a campañas. La ecuación es simple: funcionarios públicos se enriquecen de la noche a la mañana mientras a la vez tienen tiempo para liderar un complejo Estado como Israel, quizás la panacea de esta ecuación resida en la habilidad de los líderes para entablar amistades con los millonarios del mundo judío sin distinguir cual es el límite entre amistad y corrupción.


Tradición: siguiendo los pasos del maestro


Al menos en lo que respecta a casos de corrupción, Ehud Olmert es un fiel seguidor del casi mitológico líder Ariel Sharón. La reputación de Sharón se encuentra completamente manchada por casos de corrupción, siendo quizás el más notable de ellos el caso de "la isla griega" en el cual el millonario israelí David Appel pagó extraordinarias sumas de dinero al hijo de Sharón, quién hoy se encuentra preso, a fin de recibir ciertos "consejos". La respuesta de Sharón a estas ocupaciones fue rápida e ingeniosa: la política de "Desconexión", que implicó la salida de la Franja de Gaza, dejando las acusaciones en su contra en el olvido. Probablemente si los resultados de la delirante aventura militar iniciada por Olmert y Peretz en lo que fue la vergonzosa Segunda Guerra del Líbano, Olmert no se encontraría hoy ya juzgado y encontrado culpable por la opinión pública a pesar de que la investigación en su contra está tan solo en sus comienzos. Si Olmert fuera un primer ministro popular quizás no habría habido ninguna investigación, o en todo caso, la misma sería mínima y no llegaría a conclusiones que determinarían el futuro del líder. Como hemos observado en el caso del no menos corrupto Ariel Sharón esto ya sucedió. Los ciudadanos no pensaban que Sharón no era corrupto, pero si pensaban que era un Premier digno del puesto, Olmert a diferencia de Sharón nunca contó con un gran apoyo popular.


El fin de "El Príncipe"


Según una encuesta realizada pocos días atrás por el periódico, "Haaretz" el 70% de los encuestados no creen en la inocencia del Primer Ministro. Esta cifra incluye un 51% de los miembros de Kadima, su propio Partido.


Si bien Olmert alega que el dinero que recibió en efectivo dentro de sobres fue solamente usado para fines legítimos, cualquier persona con sentido común llega rápidamente a la conclusión de que recibir dinero de esta forma, en secreto y dentro de sobres de papel, no "huele" muy bien. Si bien la pregunta judicial debería estar centrada en analizar si el recibir sumas en dólares o moneda local dentro de un sobre es un acto criminal o tan solo una actitud dudosamente ética que pueda tener una personalidad política. En el caso de nuestro dudoso "Príncipe" -tras tantas diferentes investigaciones y sospechas- el hecho de que el pecado sea judicial o "tan solo" ético ya no es relevante para la opinión pública. El proceso de caída del actual primer mandatario, ha comenzado.


Ante el vacío político


Israel se encuentra en estos días en el medio de decenas de especulaciones y teorías de cómo caerá este maquiavélico personaje. ¿Quién lo reemplazará?, ¿Cuáles serán las implicaciones en los diferentes "supuestos" procesos que inició este gobierno? Las respuestas son variadas y todas las hipótesis son posibles, pero la gran pregunta debería ser ¿quién es encuentra lo suficientemente limpio para ocupar un cargo tan importante?
La salida de Olmert del juego político dejará, tal como lo hiciera la enfermedad de Sharón, nuevamente un vacío que puede ser otra vez ocupado por un líder de esta calaña.


Las experiencias de los últimos años no han sido muy alentadoras: Barak, Netanyahu, Sharón, Olmert. ¿Cómo frenar la decadencia moral de los líderes del Estado Judío? ¿Hay alguien que lo pueda hacer?


La democracia israelí es -sin dudas- un fenómeno increíble, si consideramos la procedencia de la mayoría de los ciudadanos israelíes: hijos de inmigrantes de la Rusia zarista y comunista, de la Polonia de Pilsudsky y sus herederos, de las monarquías y regímenes totalitarios y hereditarios de Marruecos, Irak, Irán, Siria y Egipto, sumados a aquellos que nacieron bajo el régimen turco o británico en Palestina. Estas características, que no solemos tener en cuenta, convierten a la democracia israelí en un verdadero milagro.

Conclusión


Israel, un país que ya no se encuentra bajo amenazas existenciales, debe comenzar hoy a limpiar una de sus más sagradas instituciones: La Knesset (el Parlamento). Es este honorable recinto el que debe garantizar que el Estado Judío sea diferente a sus vecinos. La responsabilidad de lo que ocurre allí está en manos de los ciudadanos. El voto debe ser el arma para que no más corruptos, ni legales ni éticos, dirijan el país. La corrupción es una amenaza existencial para la única seudo democracia de Oriente Medio y es la misma democracia el arma con la cual el sistema político debe ser limpiado de esta dudosa generación de líderes a quienes casi diariamente se les atribuyen nuevas sospechas. Olmert no es el primero y quizás tampoco sea el último, nos queda tan solo esperar que el caso Olmert no sirva únicamente para llevar al país nuevamente a elecciones sino que sirva de lección.


Tras 60 años de independencia llegó finalmente el momento de que el pueblo que tanto se enorgullece y auto denomina como "el pueblo elegido" sepa elegir.

lunes, mayo 12, 2008

Israel 1948-2008: seis décadas de éxitos y fracasos

Publicado en Revista Horizonte, Paz Ahora, Hagshama, CIM.

"Nosotros, miembros del Consejo del Pueblo, representantes de la comunidad Judía de Eretz Israel y del Movimiento Sionista, estamos reunidos aquí en el día de la terminación del mandato británico sobre Eretz Israel y, en virtud de nuestro derecho natural e histórico y basados en la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamamos el establecimiento de un Estado Judío en Eretz Israel, que será conocido como el Estado de Israel"
Tomado de la Declaración de la Independencia de Israel, Mayo de 1948.

Con estas palabras David Ben Gurión declaraba la Independencia del Estado de Israel, el resurgimiento nacional del Pueblo Judío, un pueblo que dejó de ser tan sólo un objeto de la historia para pasar a ser el sujeto de la misma.
Sesenta años después de luchar contra 6 ejecitos árabes a fin de concretar el ancestral sueño judío de regresar a Sión, Israel aún se encuentra en la plena búsqueda de su propia identidad y de un lugar en el mundo. Con fronteras vagamente reconocidas y "compartiendo" de alguna manera este territorio tan codiciado por tantos con habitantes árabes y palestinos, la búsqueda de un lugar con límites definitivos aún no ha llegado a su fin.


Este conflicto existencial juega un rol cotidiano en Oriente Medio, reflejándose claramente en las continuas contradicciones intrínsecas de la realidad israelí: la perpetua construcción en los territorios ocupados, los modestos intentos por llegar a algún tipo indefinido de paz con los grupos palestinos moderados, la constante lucha contra el fundamentalismo islámico encarnado en Hamas y la constante tensión con el mundo árabe.


Surgido de las cenizas del genocidio nazi que asesinara despiadadamente 6 millones de judíos, Israel tras sesenta años de indefiniciones es aún incapaz de resolver contradicciones que atañan a su más íntima esencia existencial: ¿País Europeo o simplemente Medio Oriente? ¿Religioso o secular? ¿Un Estado Judío o un Estado multicultural para todos sus ciudadanos, un 20% de los cuales son árabes?


Israel es una democracia latente y vibrante, un país donde la política es el tema central de conversación las 24 horas del día, donde la minoría árabe que se manifiesta en contra de la propia existencia del Estado conserva sus bancas en el Parlamento. Una democracia que se codea con las principales potencias occidentales mientras que es históricamente criticada por estas mismas por su accionar en los territorios ocupados durante los últimos 41 años.
A pesar de todos los fracasos y errores cometidos durante estos primeros humildes 60 años de existencia, hoy en día, 2000 años más tarde de aquel día en el cual los romanos extinguieran la soberanía Judía en estas tierras, el "moderno" estado es una realidad de la cual el pueblo judío puede estar completamente orgulloso.


Sionismo y territorios: malentendidos y malos usos


"Si fuera posible, su majestad, tirar seis o siete millones de judíos al Mar Negro, definitivamente lo preferiría, pero no lo es, por lo tanto debemos dejarlos vivir como a los demás"...


El Conde Sergei Witte, Ministro de Economía del Zar Nicolás II, explicaba con estas palabras, a un joven periodista vienés, los consejos que le daba al Zar en 1903 sobre "la cuestión judía" Este joven periodista, Teodoro Herzl, había ideado recientemente el concepto Sionismo Político e intentaba obtener el apoyo del gran emperador ortodoxo. Quizás debamos aprender algo de la resignada posición de Witte, redefinir nuestros conceptos o comprenderlos en su máxima expresión, y actuar de una forma inteligente con nuestros vecinos naturales.


El mal uso de este noble concepto ha llevado a que grandes sectores de la opinión pública mundial vean al sionismo como el principal desencadenante del Conflicto de Medio Oriente. Cabe recordar la famosa resolución 3379 de la ONU del 10 de noviembre de 1975 que determinaba que el sionismo era racismo. El sionismo también está bajo el constante ataque tanto del ultra-sionismo como de post-sionismo.


Herzl, quien escuchara las aberrantes declaraciones de Witte -que luego fueran aprendidas por otros tantos líderes a lo largo de la historia-, no habló de conquista, no escribió sobre opresión, no apoyaba la violación de los Derechos Humanos. Herzl no quería "transfer". Herzl sólo quería un Estado judío para un pueblo sin tierra y perseguido.


La realización del ideal sionista en su máxima expresión requiere un Estado que pueda convivir con sus vecinos. El sueño sionista consistía en crear un hogar seguro para todos los judíos del mundo, por lo tanto, por definición, Israel debe proveer refugio y seguridad para los judíos.


El sionismo en realidad no consiste en alimentar ocupación, opresión, expansión y conflictos internacionales, la idea original de este movimiento político simplemente era la de crear una sociedad progresista basada en valores judaicos que pudiera vivir y prosperar sustancial y espiritualmente. El sionismo verdadero aceptó la realidad de que no judíos vivirían dentro del Estado de Israel, siendo este un factor fundamental para preservar el carácter democrático del mismo. Esta realidad está expresada y defendida en la Declaración de Independencia, una declaración ejemplar que debería servir para recordar diariamente en qué principios y valores está basado el estado.


Herzl creía que en el Estado Judío sería uno cuya religión, tal como la definiera Ehad Haam, sería nacional, pero su nacionalidad no sería religiosa por que si no se transformaría en un país nacionalista, radical y militarista, un país conflictivo donde el sueño sionista podría confundirse con un mesianismo destructivo.


La ocupación de Gaza y Cisjordania más que sionismo realizador es un asesinato del propio ideal, no sólo desde el punto de vista demográfico que demuestra la catástrofe que significará esto en pocos años para el carácter judío del Estado de Israel, sino principalmente desde el punto de vista moral y ético, que nosotros como judíos deberíamos comprender mejor que nadie.


A fines de 1967 David Ben Gurión ya retirado, viviendo en el Neguev declaró que Israel debería encontrar la forma de salir lo más pronto posible de los territorios que había recientemente ocupado. ¿Acaso no era Ben Gurión sionista? No nos dejemos confundir con las malversaciones que se han realizado sobre el concepto de sionismo, desde 1967 principalmente. La retirada de Gaza fue un acto Sionista, fue una forma de salvar el verdadero ideal sionista de un Estado judío que respete dentro de sus límites los Derechos de todas las minorías. Pero, tampoco nos dejemos engañar, es sólo un comienzo y no una solución, depende de los líderes del Estado y de los votantes que este comienzo no sea tan sólo un fin.


Estado judío y democrático


A sesenta años de su fundación el Estado de Israel se encuentra cada vez más cerca del momento en el que deberá realizar cambios drásticos en su aspecto territorial a fin de seguir siendo un Estado judío y democrático. La actual situación territorial del Estado de Israel no le permitirá mantener por muchos años más estas dos sanas "cualidades" a la par.


En el trágico caso de que Israel desee mantener bajo su soberanía los territorios ocupados, mantener una democracia será imposible. La respuesta de la extrema derecha en este caso devendrá en la anulación de todos los Derechos civiles a la población árabe, eliminando de esta forma la democracia, mientras que si buscamos una solución en el lado de la extrema izquierda, estaríamos hablando de un Estado binacional, lo que significaría prácticamente el "suicidio" del Estado Judío. Debemos también tener en cuenta que los Estados binacionales existentes no demuestran ser exactamente ejemplos de éxito (podemos ver los resultados de este intento en Bélgica).


La historia nos enseña que la existencia de un Estado Judío es indispensable. Líderes como Pinsker, Herzl y Gordon vieron claramente que la falta de un Estado propio era la enfermedad social de los judíos, la causa de muchos de sus males y de su extrema debilidad para enfrentar un mundo cada vez más hostil que generaría el más irracional genocidio conocido por la historia de la humanidad. El mundo no ha sido nunca capaz de defender al Pueblo Judío, y sólo un Estado fuerte y seguro donde el Pueblo judío pueda florecer y desarrollar su cultura y valores asegurará la existencia y derechos civiles y políticos de los judíos del mundo, pero este Estado debe tener límites claros, reconocimiento internacional completo y mayoría judía. El precio que el Estado de Israel debe pagar para ello es muy claro: devolución de territorios. La entrega de estos territorios donde reside una mayoría no judía debe ser un interés fundamental del Estado Judío y no tan sólo de sus enemigos. A fin de mantener una democracia judía, Israel no se puede dar el lujo de dominar grandes poblaciones no judías.


Retornar a las raíces ideológicas


Debemos poner todas nuestras esperanzas y exigencias en que los futuros líderes del Estado de Israel vuelvan a las raíces ideológicas del Estado, buscando la paz con nuestros vecinos y realizando las concesiones que sean necesarias para llegar a la misma. Es muy difícil imaginar como se verá el Estado de Israel dentro de 60 años sin lograr llegar a una paz verdadera con nuestros enemigos.


Lamentablemente hoy en día, tras aquel mandato de 1922 de la Liga de las Naciones que reconociera el derecho del Pueblo judío de reconstituirse en su patria ancestral, 59 años como miembro de las Naciones Unidas y a pesar de sus extraordinarios logros, la legitimidad del Estado de Israel sigue siendo un tema de debate popular en el mundo entero. La búsqueda de la legitimidad internacional debe ser uno de los principales objetivos de los líderes del país.


En sus sesenta primeros años, el Pueblo judío consiguió integrar en un Estado grandes masas de refugiados de todo el mundo - trayendo al mundo experimentos sociales apasionadamente utópicos, brindó un renovado sentido de existencia a las comunidades de la diáspora y estableció los fundamentos de una sociedad democrática y científicamente avanzada, El hebreo, la lengua de la bíblica en pocos años enorgulleció el renacimiento nacional, siendo hoy un idioma dinámico cuya literatura ya brindó al Estado un Premio Nobel.


Israel debe estar orgulloso de sus logros, pero hoy, más que nunca, no es hora de tan sólo aferrarse a logros del pasado, sino de enfrentar inteligentemente el futuro: debe cultivar una aspiración inquebrantable de paz. Sólo sobre esta base podrá el Estado judío prosperar con confianza y seguridad. Tras 60 años de existencia en Medio Oriente, y a pesar de las sensacionalistas declaraciones de algunos líderes árabes, todos en Israel ya saben que este país está afianzado en el mapa y no podrá ser borrado del mismo.


Afrontar el desafío militar árabe no debe ser el único y ciego objetivo de los líderes del país, Israel debe intentar incansablemente encontrar la forma de elaborar vías de diálogo y negociación para desarmar el conflicto pacíficamente.


Como judíos o simples ciudadanos del mundo moderno podemos, y en ciertas ocasiones incluso tenemos el deber ético y moral de cuestionar y criticar algunas políticas y medidas que implementan los diferentes gobiernos del país, pero tras 60 años de existencia no podemos aceptar que se cuestione la propia existencia de Israel.


¡Jag Hatzmut Samej!
¡Feliz Día de la Independencia!

sábado, abril 26, 2008

La antorcha olímpica arde más que nunca

Publicado en "Revista Horizonte"


La tradicional vuelta al mundo de la antorcha olímpica que se está desarrollando en estos días, genera manifestaciones; protestas, tumultos y falaces discursos de líderes que "amenazan" con boicotear los juegos o con imponer un castigo "aún peor", como el expresado por el presidente estadounidense George W. Bush: el no asistir.


Donde el deporte y la política juegan juntos


Los juegos olímpicos han sido útiles para catalizar tensiones políticas, especialmente desde los años ´30. Estos ofrecen a las naciones anfitrionas la oportunidad de tener una gran exposición mediática por medio de una exacerbada cobertura internacional. En ese marco, estas naciones sede intentan demostrar qué tan bien funcionan sus propios sistemas políticos. Este tipo de propaganda oficialista/nacionalista que proviene del país organizador puede ser observado de alguna manera u otra en todos las Olimpíadas.


Muchas de las controversias en los Juegos Olímpicos, especialmente en las últimas décadas, se han centrado en el uso del "boicot" para avergonzar a las naciones y cuestionar su accionar en el ámbito político.


Los boicots de los Juegos Olímpicos están generalmente dirigidos contra naciones específicas, y se centran en su accionar en situaciones o eventos específicos. Sólo un boicot se prolongó continuamente pasando a ser parte del fixture permanente: el caso de Sudáfrica, cuya importancia en el mundo deportivo fue más allá aún de los Juegos Olímpicos.


Hablar de deporte y política invariablemente nos lleva a una discusión entre "propaganda" y "boicot", pero el área principal donde estos dos conceptos se encuentran es en el "Estado". Los deportes han sido usados por los Estados antiguos y modernos para lograr diferentes objetivos. Los modelos soviéticos por ejemplo son vistos como la expresión máxima de la intervención del Estado en el deporte: un programa de control centralizado aseguraba el gran nivel de excelencia deportiva de los equipos soviéticos y garantizaba así una exitosa propaganda del alto nivel cultural del régimen comunista. Los países occidentales por su parte, si bien admiraban los logros deportivos, deploraban el sistema burocrático que alimentaba la ideología política en el deporte. Pero aun así, la influencia del Estado también puede ser vista en las mejores democracias occidentales.

Las olimpíadas y el antisemitismo


El antisemitismo que caracterizó al nazismo también afectó a los deportes. En 1933, cuando el boicot nazi a los comercios judíos comenzó, las instituciones deportivas oficiales alemanas excluyeron de sus filas a los judíos. Dos años más tarde ya había una completa segregación de los judíos en el deporte alemán, algo completamente opuesto a los ideales olímpicos. Los Estados Unidos intentaron, sin resultado, boicotear los juegos olímpicos de Berlín a lo que respondió el Presidente del Comité Olímpico en ese momento, Avery Brundage: "Ciertos judíos deben entender que no pueden usar los Juegos Olímpicos como arma para boicotear a los nazis".


Uno de los ejemplos más destacados de la intervención estatal en los Juegos pudo ser observado en las "Olimpíadas Nazis" de 1936. Los Juegos de Berlín fueron la ocasión en la cual los Nazis intentaron demostrar al mundo la "capacidad" de los músculos arios y la "superioridad" de la raza ideal. Hitler había ya expresado su doctrina de "superioridad racial" de la raza aria y necesitaba un escenario internacional para revelar una evidencia tangible de la misma. El "campo neutral" del deporte le dio este escenario.

Sólo en retrospectiva los Juegos de Berlín fueron analizados y criticados, siendo sin duda los más ideológicos que se hayan llevado a cabo.

Mientras Hitler usó el deporte como una potente herramienta de propaganda, futuros anfitriones de los mismos convirtieron los Juegos en extravagantes, como se pudo observar en los Juegos de Los Ángeles, en 1984, probablemente los más nacionalistas en el período de la posguerra, debido al excesivo uso de símbolos patriotas y mitos nacionalistas.

Política y deportes


Igualmente, ninguno de los Juegos Olímpicos desde los años ´30 ha podido ser inmune a incidentes políticos de diverso tipo. La derrota de Alemania, Italia y Japón en la Segunda Guerra Mundial dejó a estos países fuera de los primeros Juegos de la posguerra en Londres en 1948. Holanda, Egipto, Irak y España boicotearon los Juegos de Melbourne de 1956 en protesta contra la invasión inglesa y francesa al Canal de Suez. En 1964 Sudáfrica fue suspendida y luego expulsada (en 1970) del Movimiento Olímpico por su política de Apartheid, también por los mismos motivos Zimbabwe y luego Rhodesia fueron expulsados del movimiento en 1972 por adoptar un sistema de estratificación similar al Apartheid sudafricano y por haber promulgado una Declaración de Independencia a expensas de la comunidad internacional. Nueva Zelanda, a pesar de estas decisiones del Movimiento Olímpico, continuó manteniendo relaciones deportivas con Sudáfrica sin ser expulsado del Movimiento Olímpico, lo que llevó a que 20 naciones africanas boicotearan los Juegos de Montreal en 1976. En 1980 la delegación olímpica de los Estados Unidos se retiró de los Juegos de Moscú luego de la invasión soviética a Afganistán. La entonces premier británica Margaret Thatcher, por su parte, exhortó a los atletas ingleses a no participar en esos mismos Juegos, pero la Asociación Olímpica Británica decidió participar en ellos de todas formas. El bloque de países soviéticos (excepto Rumania) respondieron en 1984 a lo acontecido en 1980 no asistiendo a los Juegos de Los Ángeles, y sólo China envió una delegación limitada de 200 deportistas. En 1988 Cuba no participó de los Juegos de Seúl luego de que Corea del Sur rehusara a compartir la organización de las Olimpíadas con Corea del Norte, que se retiró voluntariamente de la organización. En 1992 la tensión fue principalmente interna. Barcelona, un anfitrión de tendencia fuertemente conservadora y catalana, deseaba por un lado mantener esta autonomía cultural y, por el otro, contar con la asistencia del gobierno central de Madrid.

El deporte como religión moderna


Ciertos incidentes internos llevan a pensar que algunos Juegos Olímpicos deberían haber sido suspendidos. El mejor ejemplo de esta afirmación fueron los Juegos Olímpicos de Munich en 1972, cuando el 5 de septiembre ocho terroristas palestinos pertenecientes a la división "Septiembre Negro" de la OLP ingresaron a las habitaciones de la delegación israelí demandando la liberación de 200 terroristas palestinos encarcelados en Israel. Las negociaciones no fueron exitosas y como consecuencia 11 atletas israelíes fueron brutalmente asesinados. Sólo un día de luto fue decretado y las competiciones siguieron, en un intento -quizás ridículo en este caso- de separar la política del deporte. Lord Killanin, presidente del Comité Olímpico Internacional en esa época, comentó luego -en 1983- que los terroristas explicaron la elección de los Juegos Olímpicos como lugar para llevar a cabo la protesta aduciendo que éstos constituyen la más "sagrada ceremonia" de la "religión moderna del mundo occidental".

Sin duda alguna la popularidad mediática de los Juegos Olímpicos los convierte en un blanco atractivo donde promover causas sociales y políticas, y donde las cámaras de televisión son las armas más importantes. Una manifestación sin una cámara que la registre puede evaporarse rápidamente; una buena imagen, en cambio, puede ser más efectiva que una protesta escrita. Hoy, probablemente, nosotros recordamos fundamentalmente las imágenes de los terroristas palestinos que llevaron a cabo la masacre en Munich sin siquiera tener en cuenta los documentos incoherentes que éstos le presentaran al gobierno alemán.

Como podemos observar, los Juegos Olímpicos poseen una relevancia genérica que los convierte en el escenario perfecto para exponer los dramas políticos. Los Juegos han tenido la capacidad de capturar las tensiones, protestas y hasta atrocidades que ocurren en el mundo.

Los gobiernos de las naciones y el Comité Olímpico Internacional -por el contrario- argumentan que los Juegos generan una unión universal alrededor del deporte, y por medio de esta definición intentan olvidar el terrorismo, el racismo, el imperialismo y otras atrocidades que suceden a diario en nuestros días, negando que los Juegos Olímpicos sean constantemente atacados y afectados por estos factores.

Como hemos visto, el deporte en este caso es usado para dramatizar eventos que están aparentemente desconectados de la competencia deportiva.

Es destacable que muchos de los temas inherentes al deporte poseen potencial político e ideológico: nacionalismo, competición, búsqueda de supremacía, el heroísmo de la victoria. Los grandes países intentan por medio del deporte demostrar su poderío y los más pequeños buscan lograr reconocimiento mientras que los nuevos países participantes en el desfile inaugural reciben la aceptación y validación como miembros de la comunidad internacional.

Si bien la influencia de la política en el deporte es muy importante, ella no siempre es reflejada en los medios de comunicación y este es quizás el motivo por el cual la mayoría de los espectadores consideran que el deporte es aún apolítico. Si bien el Secretario del Comité Olímpico Israelí, Efraim Singer, declaró que Israel acudirá a Beijing ya que no se debe "mezclar deporte y política", aún estamos muy lejos de ver unos Juegos Olímpicos en los cuales participen todos los Estados o al menos en los cuales Israel e Irán se enfrenten.

El deporte está repleto de historias de prisioneros compitiendo contra sus captores, en épocas de guerra y épocas de paz, de colonias y colonialistas. Como dijeran Morgas Spa, Rivenburgh y Larsson: "Los Juegos Olímpicos representan una guerra metafórica entre los Estados nacionalistas" y, como ya lo sabemos, las guerras generalmente son manejadas por los políticos.

Preguntas

Los grandes preguntas que debemos cuestionarnos son: ¿Qué hacen los defensores de la democracia mundial a fin de terminar con la dictadura China? ¿Se planteará el filósofo de Texas - G.W. Bush- las relaciones comerciales entre su país y la China o lo único que está dispuesto a hacer este pintoresco personaje es "privar" a China de su "excelentísima" presencia en los juegos?. ¿No deberían las organizaciones de derechos humanos intentar influenciar a sus propios gobiernos para generar sanciones económicas contra la potencia asiática?. Sin duda muchas medidas deberían tomarse sin esperar a que la furia mundial estalle justo en vísperas de este evento pero, si no fuera por la atracción mediática que generan los Juegos Olímpicos, los cruentos crímenes realizados por el régimen chino pasarían desapercibidos como tantos otros que ocurren en estos momentos en el mundo.