viernes, septiembre 15, 2006

¿Qué es Hizballah?

Análisis post-guerra

¿Partido político, grupo guerrillero o terrorista? Todas las respuestas son correctas. Por ello es tan difícil para Israel eliminar a este enemigo.
Este grupo nació en los años '80, desarrolló su capacidad terrorista y, como hemos podido comprobar en estos días, durante los últimos 20 años ha logrado convertirse en un actor estratégico sumamente importante en Oriente Medio, capaz de determinar el curso de la paz y la guerra en la región. Desde el punto de vista estructural, este grupo ha dejado de estar bajo la guía del Ayatolá Ruhollah Khomeini para acatar las órdenes y estricta disciplina exigida por su propio líder, el carismático Hassan Nasserallah.

Durante la última década, más específicamente desde principios de los '90, varios acontecimientos como las elecciones parlamentarias libanesas de 1992, los acontecimientos internos en Siria e Irán y la retirada Israelí del Líbano, llevaron a muchos analistas a predecir que esta organización dejaría las armas para convertirse en un partido político libanés. Pero durante todos esos años, el grupo continuó utilizando el terrorismo no sólo como su arma sino como una obligación religiosa, parte de la jihad global. Este grupo se autodefine como la vanguardia del Movimiento Islámico, cuya obligación es fortalecer a aquellos grupos que se oponen política y culturalmente a Occidente.

Durante los años '80 y' 90 esta ideología se vio reflejada en el intento de llevar a cabo actividades terroristas en diferentes lugares del planeta que causaron cientos de muertos y heridos.

En el sur del Líbano, donde se encuentra afianzado, es donde este grupo cuenta con más apoyo popular. Debemos recordar que nació en 1982, durante la invasión israelí al Líbano y una parte importante del trabajo que realizó estuvo destinado a reconstruir y desarrollar las zonas afectadas por la primera guerra del Líbano. Fue el primero en asistir, gracias a los millones provenientes de diversas fuentes dudosas, a las clases shiítas pobres largamente marginadas en la sociedad libanesa. Con el correr de los años Hizballah se ocupó de fortalecer sus redes sociales, creando escuelas, centros de salud y dando dinero a los shiítas (un modelo luego aplicado por Hamás en Gaza en los años '90). Desde fines de los años '80 Hizballah ha sido quien ha construido hogares, proveído agua y electricidad y servicios de salud en el sur del Líbano. Incluso quienes critican a esta organización terrorista concluyen que Hizballah ha ejercido un rol en el ámbito social mucho más efectivo que los propios gobiernos libaneses, siendo esta una de las claves de su popularidad.

En el ámbito político esta organización posee una agenda nacionalista a nivel local, e islámica a nivel regional. Por un lado se ha convertido en una parte integral de la vida política libanesa, logrando altos niveles de popularidad fundamentalmente debido a su actividad social y gracias a una imagen de transparencia que no tiene comparación en el sistema político libanés. Por otro lado Hizballah ha desarrollado una gran estructura terrorista, cuyos objetivos son generalmente israelíes y occidentales. Esta estructura terrorista representa la dimensión islámica de este grupo, su ideología y sus aspiraciones.

A nivel local, como hemos observado, Hizballah es la fuerza política dominante dentro de la comunidad shiíta, que es el sector más grande del Líbano (entre 35 y 40% de la población), un sector que no está proporcionalmente representado en el parlamento libanés.

Hizballah ha logrado a través de los años moverse entre estas dos agendas, la local y la regional, y fortalecer los objetivos de ambas. En esta última guerra pudimos observar la constante tensión entre los objetivos locales de este grupo y la ideología islamista con aspiraciones globales. Al comienzo de la misma Nasserallah dio su primer discurso al mundo, transmitido por la cadena de televisión de su organización al-Manar, teniendo detrás de el la bandera de Hizballah. En el discurso siguiente, la bandera fue reemplazada por la del Líbano, hasta que finalmente, en el tercer discurso, ambas banderas estaban en el estudio. El simbolismo es importante para todo líder, el intento de convertir el conflicto en un conflicto entre Israel y el Líbano en lugar de un conflicto entre Israel y una organización terrorista fue fundamental, y el mayor logro de este cambio fue la presión internacional para conseguir un alto del fuego.

El apoyo de los gobiernos de la zona ha sido un factor crucial en el fortalecimiento de esta organización. Líbano, Siria, Irán y otros actores han intentado legitimar a este grupo caracterizándolo como un movimiento de resistencia cuyo objetivo es la liberación de los territorios ocupados. Este tipo de legitimidad busca fundamentalmente alejar la real identidad terrorista fundamentalista con objetivos globales de esta organización, como el mismo Nasserallah lo declarara: "A fin de conseguir la victoria debemos luchar en todos los frentes. Debemos ser globales e integrales". No es una mera casualidad que el emblema del grupo incluye una ametralladora sobre una imagen del globo terráqueo, con una frase tomada del Corán: "Sólo la congregación de Alá debe lograr la victoria". Las ambiciones globales son claras y preocupantes, la diferencia entre un movimiento de resistencia local y una organización terrorista global son obvias. A fin de eliminar el peligro que Hizballah supone para Occidente y para todos quienes se aparten del camino Alá, el mundo debe tener en cuenta estas diferencias y evitar catalogar el conflicto como una simple lucha entre dos vecinos.

"Con una pequeña ayuda de mis amigos"

Las actividades terroristas de Hizballah en Israel y el mundo le han dado a este grupo gran prestigio en el mundo árabe y musulmán, un prestigio que les brinda independencia y posibilidades de aspirar a mayor poder. Esta popularidad trae dos implicaciones inmediatas para Siria e Irán. En Damasco las actividades de Hizballah amenazan al régimen del inexperto presidente Bashar al-Assad ya que, como pudimos observar en este último conflicto, lo expone a un enfrentamiento militar con Israel. En Teherán los logros de Hizballah han implicado el fortalecimiento de las políticas oficiales anti israelíes y anti americanas, acentuando el apoyo del gobierno a los grupos terroristas y oponiéndose al diálogo con Occidente.

El balance de poder entre Damasco y Hizballah ha cambiado desde la muerte del padre del actual presidente sirio. Este cambio es generalmente atribuido a la extraña relación entre Nasserallah y Bashar al-Assad. En los últimos años el grupo ha obtenido mucha independencia y Nasserallah ha logrado mayor apoyo popular, esto sin duda demuestra la constante debilitación del poder sirio en el Líbano.

Siria es el aliado estratégico que le permite a Hizballah llevar a cabo sus actividades terroristas contra Israel gracias a la coordinación política y militar que le provee, presionando a los gobiernos libaneses para dejar en manos del grupo terrorista toda la zona del sur del país. Sin la ayuda siria, Hizballah no hubiera conseguido su actual estatus de "libertador" en esa zona del país. La ayuda logística del gobierno de Bashar, el adiestramiento militar y asistencia tecnológica han convertido a Hizballah en un aliado militar del ejército sirio en su lucha contra Israel.

En el año 2002 Hizballah recibió un importante envío de armas desde Damasco, un envío que incluía misiles de 220 milímetros. Siria posee en su territorio una gran cantidad de campos de entrenamiento de terroristas donde los miembros de Hizballah suelen adiestrarse. El gobierno sirio ha permitido a Hizballah el uso de guerrilla a fin de obtener en un futuro la retirada de Israel de los Altos del Golán bajo condiciones favorables para Damasco. En el discurso de Nasserallah en la ceremonia llevada a cabo para conmemorar el primer aniversario de la muerte de Hafez al-Assad, Nasserallah prometió a Bashar liberar las granjas de Sheeba por medio de una sangrienta jihad (guerra santa), acentuando que "Hizballah logrará la victoria en Palestina y el Golán".

Por el lado de Irán, las relaciones entre el grupo y el gobierno de Teherán paradójicamente mejoraron a partir de 1997 tras la elección del presidente reformista Muhammad Khatammi. Si bien durante la presidencia de Khatammi el apoyo oficial disminuyó, el dinero iraní continúa llegando a los cuarteles en Beirut a través de organizaciones iraníes "no gubernamentales", probablemente como una medida para afrontar la lucha contra el terror encabezada por los Estados Unidos. Quizás el antecedente más claro del apoyo iraní a Hizballah ha sido la cooperación de los dos en el salvaje atentado a la AMIA.

Debemos tener en cuenta que el 90% de la población iraní es shiíta y, por lo tanto, tienen un gran interés y preocupación en lo que les pueda suceder a sus correligionarios en el Líbano, fundamentalmente tras la revolución islámica de 1978-79. Al igual que en el Líbano, los shiítas iraníes eran dominados hasta la revolución por los sunitas y los maronitas. El éxito de la revolución iraní sirve de inspiración y ejemplo para Hizballah. Hoy en día, dos décadas más tarde, la ideología de esta revolución aún se mantiene viva no sólo en Irán, donde muy pocos dudan de la legitimidad del gobierno extremista, sino también en el sur del Líbano, donde Hizballah se esmera en mantener fuertes lazos simbólicos con los principios fundamentalistas de esta revolución. No hay ninguna duda de que grandes sumas de dinero llegan a Hizballah desde Irán. Se estima que éstas alcanzan los 200 millones de dólares por año, pero las generosas donaciones iraníes sólo representan una pequeña fracción del presupuesto anual de Hizballah. El rol más importante que cumple Teherán en la vida de Hizballah es el apoyo ideológico y el respaldo internacional que este país le brinda.

Como hemos observado, si bien el apoyo sirio e iraní es muy importante, a nivel económico ninguno de estos dos países cuenta con los fondos líquidos suficientes para financiar por completo las actividades de Hizballah. Según el profesor Dwight J. Simpson de la Universidad de San Francisco, la mayor parte de los fondos proviene de la caridad. Los shiítas, tras observar el logro inicial de sus correligionarios en las elecciones primarias iraquíes de 2005, tienen la esperanza de lograr el poder político en el Líbano dado que allí también son la mayoría. Las donaciones a Hizballah han crecido considerablemente en los últimos años, no sólo donaciones provenientes de Irán sino de todo el mundo árabe. Debemos tener en cuenta que la caridad es una obligación religiosa.

Los lazos en América Latina

Los dos atentados mas sangrientos en la historia sudamericana fueron perpetrados por Hizballah: el 17 de marzo de 1992 un coche bomba demolió la embajada israelí en argentina, asesinando a 29 personas e hiriendo otras 250. El segundo atentado tuvo como objetivo la AMIA, donde el 18 de julio de 1994 perecieron 85 personas y varias decenas más resultaron heridas.

Según las dudosas investigaciones de las autoridades argentinas, el atentado a la embajada fue planeado por la inteligencia iraní y Hizballah fue el encargado de llevar a cabo el macabro plan. El jefe de seguridad de los Servicios de Inteligencia del Estado (argentino) presentó a las autoridades israelíes en el año 2003 un reporte secreto que incriminaba a Irán y Hizballah en el ataque contra la AMIA. Según este documento los ataques en Buenos Aires "fueron motivados por el odio a Israel y el pueblo judío y el deseo de castigar al gobierno de Carlos Menem por haber cancelado un compromiso de su predecesor, Raul Alfonsín, según el cual Argentina proveería equipamiento y tecnología a Irán para su programa nuclear".

El apoyo iraní fue determinante en esta operación. Desde las filas del régimen revolucionario Iraní se dictó un fatua, edicto religioso, a Imad Mughniyeh ordenándole llevar a cabo el atentado. Éste habría trabajado en conjunto con Mohsen Rabbani, un agente secreto iraní que operaba en la Argentina a fin de organizar el plan, bajo la pantalla de ser el encargado de asuntos culturales de la embajada de su país. Hizballah probablemente no hubiera podido llevar a cabo su plan sin el apoyo operativo de Irán que, aparentemente, también incluyó una sustanciosa "donación" de 10 millones de dólares para la cuenta personal del corrupto presidente Carlos Saúl Menem a fin de que éste no implique directamente a Irán, país con el cual, a pesar del crimen cometido, Argentina sin ningún pudor aún mantiene relaciones diplomáticas.

La presencia de Hizballah también es largamente conocida en la denominada Triple Frontera, donde se unen los límites internacionales de Argentina, Paraguay y Brasil. En el mes de febrero del año 2000, las autoridades paraguayas arrestaron a Ali Khalil Mehri, un empresario libanés acusado de vender software pirata y financiar las actividades de Hizballah. De forma similar, el empresario Assad Ahmad Barakat, un inmigrante libanés en el Paraguay, fue arrestado durante el verano de 2002 en la zona de la Triple Frontera tras girar importantes sumas de dinero a Hizballah. En octubre de 2001, en un allanamiento realizado en Paraguay a una de las empresas de Barakat, se encontraron numerosos documentos que lo vinculaban con Hizballah, incluyendo una carta del mismo Nasserallah donde "le agradecía por las generosas colaboraciones que Barakat había enviado desde la Triple Frontera".

En noviembre del mismo año las autoridades chilenas alegaron que Barakat poseía en Chile dos empresas que se encargaban de lavar dinero para Hizballah. Como consecuencia, siete ciudadanos libaneses fueron arrestados y acusados de financiar actividades terroristas.
En Colombia, Hizballah posee células en la población de Maicao, donde el tráfico de drogas y las redes de contrabando son utilizados para lavar dinero y posteriormente financiar actividades terroristas. Dos denuncias ya han sido investigadas en esta zona, según las cuales el grupo se dedica al tráfico de armas y drogas.

Durante sus 25 años de historia, Hizballah ha demostrado claramente ser un movimiento ideológico dirigido por fuertes líderes, con una visión estratégica, objetivos muy claros y gran experiencia en la lucha terrorista y guerrillera. Su líder actual Hassan Nasserallah está aparentemente convencido de que sus métodos son los que le darán la victoria. Los logros que ha obtenido esta organización con el correr de los años, y más específicamente la retirada unilateral israelí del Líbano en el año 2000 y el dudoso resultado de los últimos enfrentamientos, fortalecen la moral y los objetivos de este grupo. No debemos olvidar que Hizballah cuenta en su arsenal con un arma que no ha utilizado últimamente: su red de terrorismo internacional.

Debido a la gran influencia de este grupo en la zona y su alto potencial destructivo, es necesario que la comunidad internacional lo aísle, y ejerza una fuerte presión económica y diplomática sobre sus dos principales esponsors, Siria e Irán; presione a Damasco para generar un diálogo que lleve al desarme de Hizballah y controle que el ejército del Líbano sea una fuerza lo suficientemente capacitada técnica e ideológicamente para ejercer una presencia efectiva en el sur del Líbano. Una pseudo victoria de Hizballah solamente traerá más conflictos en el futuro. Ha llegado el momento de que la comunidad internacional genere una verdadera democratización en un Líbano donde no haya cabida para una milicia terrorista, ni para sub-estados. Sólo así podrá ser alcanzada la paz en Medio Oriente.

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