jueves, junio 05, 2008

Ehud Olmert: un corrupto entre corruptos

Publicado en Revista Horizonte, El Corresponsal de Medio Oriente y Africa, Paz Ahora, Vamos a cambiar el mundo.

La democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida, por la elección hecha merced a una mayoría incompetente"
George Bernard Shaw.
Escritor, Premio Nobel de Literatura.

Un nuevo caso de corrupción ensombrece el escenario político israelí: Ehud Olmert, ni más ni menos que el Primer Ministro del país es sospechoso de haber recibido dinero en contra de lo estipulado por la ley y de haber realizado uso incorrecto del mismo.


Esta vez las sospechas parecen haber acertado finalmente un knock-out político en el ya golpeado líder israelí. Muchas han sido las investigaciones en su contra, y muy cómplice ha sido el cobarde silencio del Partido laborista durante todos estos años a fin de evitar la caída del príncipe Olmert, quien parece conocer a la perfección los consejos de Nicolás Maquiavelo.


Los sucesivos líderes de Avodá evitaron a toda costa durante los últimos dos años derrocar la coalición gubernamental de la cual son miembros. Bajo el pretexto de que "el país no necesita nuevas elecciones" y escudándose en la excusa de la necesidad de una continuidad política escondieron el peor de los temores de la izquierda y el centro de nuestros días, la subida de uno de los más nefastos actores de la política israelí: Biniamin Netanyahu.


No nos dejemos engañar; el paso tomado por Ehud Barak se encuentra muy lejos de ser una demostración de valentía y responsabilidad nacional, es tan solo un desesperado intento por salvar su honor político si es que algo de esto aún le queda. Este líder de "izquierda", que vive en uno de los rascacielos más caros del Estado judío, es desde hace más de un año víctima de sus propias promesas y amenazas. Hace casi un año ya que prometió, tras la publicación de las conclusiones de la Comisión Winograd que investigó lo sucedido en la Segunda Guerra del Líbano, retirarse de la coalición.


La generación de líderes políticos actuales se encuentra -lamentablemente- muy lejos de aquella que fundó y acompañó al Estado judío en sus comienzos. El hedonismo entre los políticos los lleva en muchas ocasiones a cometer pecados imperdonables. La conexión entre dinero y poder es la fuente de muchos males, uno de ellos es el de este caso: el fraude, y mal uso de donaciones que fueran teóricamente destinadas a campañas. La ecuación es simple: funcionarios públicos se enriquecen de la noche a la mañana mientras a la vez tienen tiempo para liderar un complejo Estado como Israel, quizás la panacea de esta ecuación resida en la habilidad de los líderes para entablar amistades con los millonarios del mundo judío sin distinguir cual es el límite entre amistad y corrupción.


Tradición: siguiendo los pasos del maestro


Al menos en lo que respecta a casos de corrupción, Ehud Olmert es un fiel seguidor del casi mitológico líder Ariel Sharón. La reputación de Sharón se encuentra completamente manchada por casos de corrupción, siendo quizás el más notable de ellos el caso de "la isla griega" en el cual el millonario israelí David Appel pagó extraordinarias sumas de dinero al hijo de Sharón, quién hoy se encuentra preso, a fin de recibir ciertos "consejos". La respuesta de Sharón a estas ocupaciones fue rápida e ingeniosa: la política de "Desconexión", que implicó la salida de la Franja de Gaza, dejando las acusaciones en su contra en el olvido. Probablemente si los resultados de la delirante aventura militar iniciada por Olmert y Peretz en lo que fue la vergonzosa Segunda Guerra del Líbano, Olmert no se encontraría hoy ya juzgado y encontrado culpable por la opinión pública a pesar de que la investigación en su contra está tan solo en sus comienzos. Si Olmert fuera un primer ministro popular quizás no habría habido ninguna investigación, o en todo caso, la misma sería mínima y no llegaría a conclusiones que determinarían el futuro del líder. Como hemos observado en el caso del no menos corrupto Ariel Sharón esto ya sucedió. Los ciudadanos no pensaban que Sharón no era corrupto, pero si pensaban que era un Premier digno del puesto, Olmert a diferencia de Sharón nunca contó con un gran apoyo popular.


El fin de "El Príncipe"


Según una encuesta realizada pocos días atrás por el periódico, "Haaretz" el 70% de los encuestados no creen en la inocencia del Primer Ministro. Esta cifra incluye un 51% de los miembros de Kadima, su propio Partido.


Si bien Olmert alega que el dinero que recibió en efectivo dentro de sobres fue solamente usado para fines legítimos, cualquier persona con sentido común llega rápidamente a la conclusión de que recibir dinero de esta forma, en secreto y dentro de sobres de papel, no "huele" muy bien. Si bien la pregunta judicial debería estar centrada en analizar si el recibir sumas en dólares o moneda local dentro de un sobre es un acto criminal o tan solo una actitud dudosamente ética que pueda tener una personalidad política. En el caso de nuestro dudoso "Príncipe" -tras tantas diferentes investigaciones y sospechas- el hecho de que el pecado sea judicial o "tan solo" ético ya no es relevante para la opinión pública. El proceso de caída del actual primer mandatario, ha comenzado.


Ante el vacío político


Israel se encuentra en estos días en el medio de decenas de especulaciones y teorías de cómo caerá este maquiavélico personaje. ¿Quién lo reemplazará?, ¿Cuáles serán las implicaciones en los diferentes "supuestos" procesos que inició este gobierno? Las respuestas son variadas y todas las hipótesis son posibles, pero la gran pregunta debería ser ¿quién es encuentra lo suficientemente limpio para ocupar un cargo tan importante?
La salida de Olmert del juego político dejará, tal como lo hiciera la enfermedad de Sharón, nuevamente un vacío que puede ser otra vez ocupado por un líder de esta calaña.


Las experiencias de los últimos años no han sido muy alentadoras: Barak, Netanyahu, Sharón, Olmert. ¿Cómo frenar la decadencia moral de los líderes del Estado Judío? ¿Hay alguien que lo pueda hacer?


La democracia israelí es -sin dudas- un fenómeno increíble, si consideramos la procedencia de la mayoría de los ciudadanos israelíes: hijos de inmigrantes de la Rusia zarista y comunista, de la Polonia de Pilsudsky y sus herederos, de las monarquías y regímenes totalitarios y hereditarios de Marruecos, Irak, Irán, Siria y Egipto, sumados a aquellos que nacieron bajo el régimen turco o británico en Palestina. Estas características, que no solemos tener en cuenta, convierten a la democracia israelí en un verdadero milagro.

Conclusión


Israel, un país que ya no se encuentra bajo amenazas existenciales, debe comenzar hoy a limpiar una de sus más sagradas instituciones: La Knesset (el Parlamento). Es este honorable recinto el que debe garantizar que el Estado Judío sea diferente a sus vecinos. La responsabilidad de lo que ocurre allí está en manos de los ciudadanos. El voto debe ser el arma para que no más corruptos, ni legales ni éticos, dirijan el país. La corrupción es una amenaza existencial para la única seudo democracia de Oriente Medio y es la misma democracia el arma con la cual el sistema político debe ser limpiado de esta dudosa generación de líderes a quienes casi diariamente se les atribuyen nuevas sospechas. Olmert no es el primero y quizás tampoco sea el último, nos queda tan solo esperar que el caso Olmert no sirva únicamente para llevar al país nuevamente a elecciones sino que sirva de lección.


Tras 60 años de independencia llegó finalmente el momento de que el pueblo que tanto se enorgullece y auto denomina como "el pueblo elegido" sepa elegir.

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