sábado, junio 30, 2007

Los Seis dias de 1967 que cambiaron Medio Oriente

Los meses previos a Junio de 1967 las relaciones entre Israel y sus vecinos eran muy tensas. Tras los constantes enfrentamientos en la frontera con Siria, en una demostración de apoyo a Siria por parte de Egipto Nasser envió tropas al Sinai y, finalmente el 22 de Mayo el presidente egipcio decidió cerrar el paso de Tirán, incomunicando el puerto de Eilat del Mar Rojo. El Premier israelí Levi Eshkol decidiría luego, el 5 de Junio lanzar los primeros ataques devastadores con los que comenzaría la Guerra de los Seis Días. A continuación analizaremos como esta guerra cambió la realidad de Oriente Medio, las relaciones con las superpotencias y el conflicto árabe-israelí.

El nuevo mapa
Seis días fueron suficientes para cambiar por completo el mapa geográfico de Medio Oriente. El 7 de Junio de 1967 Israel ya había conquistado Cisjordania y Jerusalén Oriental, incluyendo la ciudad vieja y los lugares más sagrados del judaísmo, el cristianismo y el Islam. Hacia el cuarto día de la guerra, el 8 de junio, las tropas israelíes llegaban al Canal de Suez, dos días más tarde conquistaban el Golán y se declaraba un alto el fuego entre Israel y Siria. En seis días, Israel triplicó su territorio reescribiendo el mapa de Oriente Medio.


Cambio de potencias
En 1956 Inglaterra y Francia se comportaron como si aún fueran los imperios que dominaban Medio Oriente al aliarse con Israel para atacar a Egipto. Debemos recordar que fueron los Estados Unidos quienes presionaron a este bloque de aliados a retirarse de los territorios ocupados en la Campaña del Sinai. La Guerra de los Seis Días marcó un cambio de roles. En 1967 Washington reemplazó a los dos imperios nombrados anteriormente y se alió firmemente al Estado Judío. Este seria el comienzo de una fuerte alianza estratégica que persiste hasta nuestros días.


La velocidad y magnitud del triunfo israelí cambió el estatus del Estado Judío ante los ojos americanos. El conflicto árabe-israelí tomaría nuevas dimensiones para el Tío Sam: Israel comenzó a ser visto como un interés estratégico internacional y no solo debía ser apoyado a fin de satisfacer el lobby judío en el congreso americano. Israel era ahora una nueva arma americana para ser usada en el marco de la Guerra Fría contra la ex Unión Soviética.


Israel a partir de este momento era el nuevo agente de los Estados Unidos en la región, un agente opositor al problemático nacionalismo árabe. Un nacionalismo árabe que recibía apoyo económico soviético por un lado y que a su vez también amenazaba al tradicional y conservador orden político árabe, quién dominaba el petróleo y los territorios estratégicos considerados vitales para el orden mundial americano y sus intereses nacionales. Israel ahora había derrotado a este nacionalismo árabe, el expansionismo soviético en la zona era frenado y los estados árabes pro-occidentales ya no eran amenazados. Las sucesivas administraciones americanas se ocuparon de fortalecer los nexos con los líderes judíos, los acuerdos comerciales y militares entre ambos países comenzaron a ser cada vez mayores y hoy en día Israel se ubica entre los principales e indiscutibles aliados de la potencia del Norte. Incentivado por las organizaciones judías locales, Washington aplicó una política de solidaridad diplomática total con Israel.


El Mundo árabe e Israel
La Guerra de los Seis Días y la posterior victoria en la Guerra de Yom Kippur han generado un lento cambio en la forma en la que los países árabes tratan al Estado Judío. Si bien aún la mayoría de los países árabes no ven a Israel como un estado legítimo, el cambio de mentalidad lentamente se está produciendo y podemos observar sus consecuencias constantemente. El cambio más significativo reside en el hecho de que la mayoría de los países árabes (a excepción de Irán básicamente) hoy en día ya aceptan que Israel está en el mapa y no desaparecerá del mismo. Este cambio de mentalidad ha llevado a la firma de los acuerdos de paz con Egipto en 1979 y Jordania en 1994, así como también el reconocimiento al derecho de existencia del Estado Judío por parte de la Organización para la Liberación de Palestina en 1993.


Hoy en día podemos incluso observar las declaraciones de un país sumamente hostil como Siria quien también habla de reconocimiento del Estado Judío a cambio de un acuerdo de paz que incluya concesiones territoriales, territorios conquistados en 1967, pero aún más destacable es el interés de la Liga Árabe – compuesta por 22 países-, quién siempre negara a reconocer al Estado de Israel, a aceptar al Estado Judío y establecer relaciones diplomáticas a cambio de un acuerdo que implique la devolución de los territorios conquistados en esta guerra.
El frente unido árabe anti-israelí que existía antes de 1967, y la determinación árabe por de destruir al Estado Judío ha ido desapareciendo gradualmente. Las razones de este cambio no son difíciles de distinguir. La Guerra de los Seis Días marco un golpe muy duro en la confianza militar árabe. En las capitales árabes el apoyo americano al estado judío y la supremacía militar del mismo disertaron las esperanzas de destruir al joven estado. La destrucción de Israel dejó de ser vista como un objetivo posible de alcanzar, siendo la convivencia la única opción viable.


Los palestinos
La victoria israelí marcó un punto de inflexión en este conflicto. Para los palestinos, 1967 fue una continuación de los que habría comenzado en tiempos del imperio otomano, antes de que fuera una nación de acuerdo a las definiciones modernas. Medio siglo antes del Holocausto el movimiento sionista ya solicitaba resolver el problema judío por medio usando la solución de "Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra". La creación del Estado de Israel, en 1948, fue la primer Nakba (catástrofe) para los palestinos, mientras que el resultado de la guerra de los seis días fue la siguiente derrota devastadora.


A partir de 1967, el objetivo principal, y uno de los puntos más críticos hasta ese entonces de este conflicto, dejó de ser la repatriación de los refugiados que salieron de Israel en 1948. El nuevo objetivo comenzó a ser la "liberación" de los territorios conquistados por Israel durante esos seis días de Junio.


Hoy en día, a 40 años de la impresionante victoria militar israelí el mapa de oriente medio aun no está trazado. Una nueva generación de líderes gobierna los países que lucharon en 1967, pero ni un solo día ha pasado sin que el legado de esta guerra esté presente en las problemáticas relaciones de los países de la región. Cuarenta años después está cada día más claro que los cambios que produjo esta guerra aún no han terminado, las potencias aún se disputan la región, los líderes aún se disputan los territorios y los ejércitos las víctimas; pero aún la guerra por la paz nadie la ha ganado.

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